El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, se vio comprometido ayer por un lapsus al hacer referencia directa al caso Mills -el falso testimonio a su favor de su ex abogado, David Mills- en una rueda de prensa en Roma posterior al Consejo de Ministros.
El mandatario habló de una "persecución" judicial contra él que, según dijo, le ha costado 200 millones de euros en "asesoría y jueces".
Renato Brunetta, uno de sus ministros, le corrigió de inmediato y especificó que lo que Berlusconi quería decir es: "asesoría y abogados".
En este juicio -donde se juzga al abogado británico David Mills- está acusado de corrupción de testigo y en el otro de delitos comerciales por la compraventa de derechos televisivos de su empresa Mediaset. "Tengo todos estos procesos porque soy presidente del Gobierno y constituyo un barrera para la izquierda en Italia, soy el mayor perseguido por la justicia en toda la historia de todas las épocas del mundo", gritó a modo de defensa.
Más allá del "blooper", Berlusconi, reiteró ayer su estrategia de calificar de comunistas e izquierdistas a los miembros del Tribunal Constitucional que anuló la ley que le otorgaba inmunidad, como modo de instalar la idea de que las acusaciones en su contra no son jurídicas sino políticas. En ese sentido se dijo perseguido y sostuvo que en Italia nadie, ni siquiera el presidente Giorgio Napolitano y el Tribunal Constitucional, son "súper partes, es decir imparciales", en una conferencia de prensa ofrecida al sólo efecto de sus descargos.
"No lo es el Tribunal Constitucional, porque entre once jueces de izquierda de los quince que lo constituyen figuran cinco que fueron nombrados por los últimos tres presidentes de la República, todos ellos de izquierda", afirmó.
A partir de 1992 fueron jefes del Estado Oscar Luigi Scalfaro, democristiano, Carlo Azeglio Ciampi, independiente, y Giorgio Napolitano, ex comunista y luego miembro del Partido Democrático de Izquierda.
"Napolitano fue un protagonista de la historia de la izquierda y no debe ofenderse, no creo que se ofenda, porque es así. Del mismo modo que el Tribunal Constitucional es un organismo político. Me limito a fotografiar la realidad de las cosas", enfatizó.
El tribunal estableció el miércoles la inconstitucionalidad del "laudo Alfano", una ley aprobada por la actual mayoría parlamentaria para impedir que los cuatro primeros cargos del Estado (el presidente de la República, el del Senado, el de la Cámara de Diputados y el del Gobierno) puedan ser juzgados durante su mandato. La decisión del Tribunal Constitucional permitirá reabrir dos procesos contra Berlusconi, suspendidos en virtud de esa ley declarada inconstitucional. (Télam/La Vanguardia)