SANTA FE.- Un grupo de delincuentes armados copó en la madrugada de ayer la comisaría de la pequeña localidad de Zenón Pereyra, Santa Fe, con intenciones de robar una llave para acceder al tesoro del banco Bisel-Macro. La arriesgada movida fracasó y, con las manos vacías, huyeron en una camioneta policial, que luego abandonaron en la zona rural.

Alrededor de las 5.30, la banda de entre cuatro y seis sujetos irrumpió en la unidad policial sorprendiendo al único policía de guardia. Lo redujeron a golpes, le quitaron su pistola reglamentaria y su ropa, lo ataron y amordazaron y lo dejaron encerrado en una celda de la seccional. Otro policía, que arribó a la unidad pasadas las 6 con la misión de acompañar al empleado del banco que a diario abre las puertas de la sucursal, también fue atacado. Media hora más tarde, el cajero llegó a la comisaría para encontrarse con el custodio y retirar la llave del tesoro, para, finalmente, ir a la entidad. Él también fue maniatado y amordazado. Los sujetos lo amenazaron exigiéndole la llave del tesoro y éste los engañó, entregándoles otra.

Creyendo que todo iba bien, los ladrones partieron rumbo al banco, encapuchados y en una camioneta de la policía en la que habían cargado dos pistolas, una escopeta y una ametralladora. Al llegar a la entidad, descubrieron que las puertas seguían cerradas porque el propio gerente del Bisel-Macro, ante la demora del empleado y los llamativos movimientos de la camioneta policial, sospechó y alertó a las unidades de los pueblos vecinos.