ROCA (AR).- Más de nueve horas transcurrieron hasta que el intendente Carlos Soria (PJ) logró finalmente destrabar las negociaciones para que un grupo de más de 350 vecinos de Chacra Monte abandonen las instalaciones del municipio de Roca.
Sobre el plan de 124 viviendas que el año pasado había comprometido Nación no se supo nada, aunque como contrapartida el jefe comunal tuvo que acceder a otras demandas que exigían los manifestantes del barrio rural, ubicado al sur de la Ruta 22.
Dispuestos a todo. Así había llegado el nutrido grupo al edificio municipal. Pasadas las 10:30 ingresaron a la comuna y rápidamente "coparon" las escaleras y las oficinas del primer piso, lindantes al despacho de Soria. A partir de allí nada los movió.
Ni la presencia de la secretaria de Gobierno Anahí Tappatá, ni la de la concejal Marina Cepeda, quien a punto estuvo de ser agredida por varios de los manifestantes quienes le reprochaban su supuesta pasividad en la atención a las demandas de las familias del barrio. "Vos callate jetona, nunca entendiste nuestra lucha", le disparó a Tappatá otro de alterados vecinos.
Al mediodía, todo era tensión. Bombos y redoblantes por un lado y en el hall central el jefe comunal y su gabinete a pleno (esperaron en vano en la plaza) intentando buscar un espacio de diálogo con los manifestantes. De nexo ofició el presidente del Deliberante Luis Mario Bartorelli, quien tampoco pudo abrir las negociaciones.
Como sucede desde hace años, el dirigente Nelson Ayenao volvió a transformarse en el principal vocero. "No nos vamos a mover hasta que llegue el ministro de Gobierno Diego Larreguy, la defensora del Pueblo, Ana Piccinini, el intendente y un cura, que garantice las negociaciones", aseguró.
Apenas un vidrio y una puerta separaban a Soria de los manifestantes. Desde adentro y al grito de "gringo traidor", varios de ellos le recriminaban la falta de respuesta a las demandas.
Cuando comenzó a sonar el nombre del ministro Larreguy, los teléfonos de varios de los dirigentes comenzaron a sonar. "No vamos a hablar más. No nos respondiste. Me tenés boludo vos y tus mentiras", le dijo en una de las tantas comunicaciones Ayenao al ministro y en medio de todos los manifestantes. En otro de los contactos también le aseguraron que de no tener respuestas tomarían su casa particular y su escribanía: "Estamos jugados", le respondieron.
A esa hora la policía ya había montado un fuerte operativo en las oficinas que el ministro tiene sobre calle Rohde, casi avenida Roca. Otro nutrido grupo también se había instalado en la sede del municipio a la espera de resguardar la seguridad de los empleados y del patrimonio municipal.
Con el transcurrir de las horas los ánimos se fueron calmando aunque cerca de las 14 se produjo el primer forcejeo con efectivos que estaban de guardia en el acceso a la comuna. Los manifestantes pugnaban para que se permita el ingreso de otros dirigentes que habían quedado del lado de afuera. Pero el cruce se mantuvo sólo unos minutos, hasta que el resto de los vecinos logró acceder al edificio.