NEUQUÉN (AN) - Unos kilómetros al norte del microcentro capitalino, el basural municipal esconde detrás de sus murallas de tierra a cientos de personas que de día y de noche revuelven, incesantemente, los desechos de la ciudad en la búsqueda de elementos para reciclar y restos de comida.
Desde la Secretaría de Derechos Humanos del municipio se alertó sobre la cantidad de niños que asisten a "cirujear" y se pidió a otras áreas del gobierno local y a la provincia que tomen cartas en el asunto.
"Ésta es la vergüenza más grande que tiene Neuquén junto con los chicos de la calle", aseguró la directora de Promoción Municipal de los Derechos del Niño y el Adolescente, Claudia Genoud.
La funcionaria detalló que "no sólo en el basural hay chicos de veinte años que son hijos de los primeros vecinos que comenzaron a trabajar allí, sino que además ahora los adolescentes han comenzado a consumir los medicamentos que la gente tira a la basura".
Una decena de cuadras antes de llegar al basural, que regula la firma Cliba, miles de bolsas de polietileno marcan el camino hacia ese sector.
Una gran cantidad de perros vagabundos se suman al panorama. También los caballos, que utilizan para tirar los carros en los que se llevan lo recolectado.
Actualmente unas doscientas familias asisten a ese predio.
A los vecinos de Colonia Rural Nueva Esperanza, que desde hace mucho tiempo se dedican a buscar material reciclable, se han sumado en el último tiempo, de la mano de la crisis económica, familias enteras de los barrios del oeste de la ciudad e incluso de Plottier.
Junto con el esmerado trabajo educativo de la Fundación Hueche, Genoud señaló que "la propuesta es empezar a hacer un trabajo en conjunto con Nación y Provincia para dar una solución integral".
Comentó que han pedido armar una especie de centro de estímulo para que los chicos vayan a la escuela, ya que la mayoría de ellos no están escolarizados.
"Los más chicos son llevados por sus madres a las 3 ó 4 de la mañana al basural, porque no tienen dónde dejarlos", comentó.
Señaló que "algunos chicos van a la escuela de Parque Industrial, donde son muy discriminados, y muy pocos logran ir al secundario, al colegio Nuestra Señora de la Guarda, que les queda lejísimo y muchas veces no tienen en qué ir".
Agregó que "esta población, supuestamente rural, carece de agua para cultivos. Los chicos están en un grave estado de vulneración de derechos. Hemos pedimos a Cliba que instale una cooperativa de reciclado".