El secretario general de la CGT, Hugo Moyano, se metió ayer de lleno en el conflicto de Kraft-Foods al "solidarizarse" con los más de 150 trabajadores despedidos por la empresa alimenticia, tras el fracaso de un intento de acuerdo en el Ministerio de Trabajo de la Nación.
Una comisión de delegados, tres de los cuales fueron cesanteados por la compañía de origen estadounidense, fue recibida anoche por el secretario general de la central obrera, poco después del anuncio del fracaso de la gestión en la cartera laboral entre representantes sindicales y patronales.
Tras el encuentro, la central sindical anunció que "se solidariza" con los trabajadores despedidos y que analizará en la reunión de Consejo Directivo de la semana próxima si apoya el pedido de los delegados de "realizar un paro general".
La delegada de la ex Terrabusi María Rosario confirmó que el objetivo del encuentro apuntaba a pedirle la intervención directa del líder camionero para lograr destrabar el conflicto y admitió que elevaron un pedido a la CGT para que se declare un "paro general" por los despidos.
La reunión de Moyano implicó una fuerte señal de respaldo a los delegados en conflicto.
La representación gremial, que por primera vez se sentó a negociar en el Ministerio de Trabajo frente a frente con ejecutivos de Kraft-Foods, ya había recibido un tácito apoyo oficial, en un acta firmada tras la audiencia, donde se reconoció a los delegados, inclusive los cesanteados, como legítimos actores en el conflicto.
Desde cerca de las 10, cuando se inició la cumbre en Trabajo, hubo cortes de calles, protestas y tomas "simbólicas" en varias facultades de la UBA y no se descartaba una profundización de las medidas de fuerza, hasta lograr la anulación de todos los despidos. (DyN)