TEGUCIGALPA (AFP/DPA) - Una misión de cancilleres de la OEA llegará hoy a Honduras para abrir un diálogo que busca superar la crisis política, en medio de incertidumbre y la desconfianza que prevalece entre el presidente depuesto, Manuel Zelaya, y el gobierno de facto.
Seis cancilleres de la región, tres vicecancilleres y el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, tendrán el reto de conciliar posiciones antagónicas en el punto medular: el retorno al poder de Zelaya, depuesto en un golpe de Estado el 28 de junio.
Refugiado en la embajada de Brasil en Tegucigalpa desde hace dos semanas, Zelaya pide la firma del Acuerdo de San José, que establece su restitución, mientras el presidente de facto, Roberto Micheletti, busca un camino que la evite y trata de ganar reconocimiento para las elecciones del 29 de noviembre.
Zelaya afirmó ayer que desconfía de un diálogo con el gobierno de facto y añadió que "la gran obstinación de no entregar el poder al legítimo presidente pone en peligro" las elecciones y profundizará la crisis política. No obstante, el mandatario de facto admitió el lunes por primera vez la posibilidad de una restitución tras las elecciones, a fin de asegurarse que Zelaya no intentará cambiar la Constitución para seguir en el poder.
Micheletti, dijo además que los militares que expulsaron a Costa Rica a Zelaya pueden ser llevados a los tribunales de justicia. La Corte Suprema de Justicia admite que emitió una orden de arresto contra Zelaya y que la misma fue turnada a las Fuerzas Armadas para su ejecución, pero aclaró que nunca aprobó su expulsión del país. "Estoy totalmente seguro que serán llevados a los tribunales, como corresponde a cualquiera que cometa un error", afirmó Micheletti. El cruce de mensajes, un día conciliatorios y otro inflexibles, creó un clima de gran incertidumbre sobre el desenlace de 100 días de conflicto en este empobrecido país de 7,5 millones de habitantes.