BUENOS AIRES (Enviado especial).- Argentina usa derivados del petróleo para suplir la falta de gas para generación de electricidad, pero en el resto del mundo las cosas no son similares porque el crudo domina los mercados y su sustituto es el carbón, una fuente cara y contaminante que nuestro país volverá en breve a utilizar en una usina en Río Turbio.
El presidente de Repsol YPF y de su subsidiaria argentina, YPF, Antonio Brufau, anticipó ayer que el gas natural licuado (GNL) en camino de convertirse en una commoditie no competirá en el futuro en precios con el petróleo sino, precisamente, con el carbón.
El GNL es vital para países de fuerte consumo aislados de los centros de producción, como China. Brufau consideró que el equilibrio de los precios de este producto dependerá de los costos de la explotación del gas no convencional: "Tight", "shale" y "coalbed mathane", que hace 20 años que en Estados Unidos tiene un enorme potencial.
Brufau dijo que el desarrollo de estas fuentes gasíferas tiene además dependencia, como se ve en Argentina en la actualidad, de la demanda que exista y de los precios que el mercado pueda llegar a pagar.
También hizo ayer su ponencia principal Faisal al Suwaidi, de Qatargas, una de las principales empresas de comercialización de GNL del mundo. Puso énfasis en las ventajas del gas frente a combustibles de más fácil y tradicional transporte global, como los derivados del petróleo, cuyas combustiones liberan a la atmósferas gases de efecto invernadero.