Lunes 05 de Octubre de 2009 Edicion impresa pag. 40 > Contratapa
Librería de Bariloche festeja 50 años
Casa Raúl es uno de los locales más tradicionales. Con dedicación y trabajo pudieron superar las crisis.

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- "Estoy feliz de celebrar 50 años de trabajo en la calle Mitre, pero me sentiría mucho mejor si Bariloche estuviera un poco mejor", resumió Nelly García, titular de Casa Raúl, la librería más tradicional de la ciudad. Abrió sus puertas un lunes como hoy, pero hace exactamente medio siglo.

"Casa Raúl" nació como un homenaje y refleja el amor eterno de Nelly hacia su pareja, quién falleció en un accidente de tránsito, mientras manejaba su moto en la avenida costanera, el 7 de diciembre de 1958. Ambos tenían 23 años y habían estado juntos unos 6 años. El recuerdo de Raúl fue también uno de los motivos por los cuales el emprendimiento siempre se mantuvo abierto, pese a los vaivenes de la economía y las ofertas para comprar el lugar. "Acá estoy, acá me quedó", explica su titular, quien afirma haber visto pasar a 53 ministros de economía nacional y los intendentes de las últimas décadas.

Se considera una vecina comprometida y por ello afirma ver con pena el mal estado de la ciudad y en particular del municipio, en permanente crisis hace más de una década. "La veo sucia, rota y abandonada", afirmó.

Nelly llego el 15 de marzo de 1944, cuando tenía 7 años. Con sus padres vivieron en la parte superior de la farmacia Luelmo, en Mitre 437. Su padre trabajó en el hotel Tunquelén y otras obras, como plomero. Estudió en el colegio 16, recién inaugurado, al cual recuerda con muchísimo cariño. "Teñíamos clases hasta los sábados. Las maestras nunca se enfermaban, caminábamos en la nieve y nunca se suspendían las clases", afirmó. El secundario lo curso en el colegio Mariano Moreno, que funcionaba en las instalaciones del colegio nacional. Recuerda a sus profesores: Neumeyer, Luelmo, Spoturno que trabajaron ad honoren.

Su madre atendía un negocio "Bombonería Bariloche" y el terreno lindero estaba baldío. La depresión de Nelly por la trágica muerte de su novio fue muy grande y por ello su madre decidió abrirle un negocio, para intentar rescatarla del pozo. "En aquel entonces no había psicólogos, así que me puse a trabajar", recuerda. Comenzó con artículos regionales pero con los años incorporó juguetería, luego venta y distribución de diarios y revistas y librería. Los artículos regionales desaparecieron.

En negocio se fue consolidando de a poco, a merced de horas y horas de trabajo. No en vano, Casa Raúl, abre diariamente de 9 a 22, todos los días del año. Con los años ampliaron el local y luego, la parte superior, que funcionó inicialmente como hostería, también se transformó en dos nuevos salones, destinados a librería.

Nelly siempre priorizó la venta de libros de autores locales, a quienes muchas veces les compraba los libros al contado, para ayudarles a pagar la edición. Alberto García, su hermano menor, remodeló el local contiguo y a fines de los noventa lo vendió y se mudó a la calle Onelli.

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