"En el día de la fecha, en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, tenemos que informarle que la señora Mercedes Sosa, la más grande Artista de la Música Popular Latinoamericana, nos ha dejado". Con esas palabras, a las 5:15 de la mañana de ayer, la familia de Mercedes Sosa anunciaba la triste noticia.
"La Negra" Sosa, madre de la música popular argentina, había muerto, después de agonizar varios días en el sanatorio Trinidad. "Estuvo siempre acompañada, cuando ya no podía saberlo, por un desfile interminable de artistas y amigos, e inclusive por ustedes", agregó, emotivo, el comunicado que ponía a rodar la tristeza por el mundo.
Desde el mediodía, el cuerpo de Mercedes Sosa, fue velado en el salón de los Pasos Perdidos, en el Congreso de La Nación. Y desde entonces, un desfile de conocidos y anónimos, esos que la oyeron cantándole al país y a la justicia, desfilaron para darle el último adiós.
Algo que seguirá, incesante, hasta hoy a las once, cuando su cuerpo sea trasladado a la Chacarita para que su cremación y para que sus cenizas, luego, sean dispersadas en Mendoza, Tucumán y Buenos Aires. Tres lugares claves en la vida de la cantora argentina. "En Tucumán nací, pero en Mendoza me hice mujer", solía contar ella de aquellos primeros años cuando se mudó a vivir a Mendoza con su primer marido, Carlos Matus. Y Buenos Aires fue su lugar en el mundo, sobre todo desde su regreso del exilio, en 1982. "Nací en Tucumán y vivo en Buenos Aires. Soy cantante. Soy viuda. Tengo un hijo, Fabián Ernesto, y dos nietas. Conduzco un Audi chiquito. He estado muy enferma y me he reencontrado con Dios. Soy progresista. Soy embajadora de Unicef", se autodefinió Sosa en una entrevista en el 2000.
Quizás el momento más emotivo de la jornada de ayer, fue cuando, con la guitarra de Peteco Carabajal y las voces de Piero, el Chango Farías Gómez, Teresa Parodi, Suna Rocha, Angela Irene y todos los presentes, se animaron a seguir el consejo de sus familiares que pidieron que a La Negra la despidan cantando. Y allí, en el medio del salón, todos entonaron "Luna tucumana" y "Gracias a la vida", de Violeta Parra, con esos versos que tanto identificaron a la propia Mercedes también.
No fue la única vez. Cerca de las nueve de la noche, cuando la presidenta Cristina Fernández ingresó al Salón para darle el último adiós a Mercedes, nuevamente, todos entonaron "Luna tucumana". La presidenta fue con Néstor Kirchner; el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández; los ministros Jorge Taiana, Alicia Kirchner, Juan Manzur y Julio Alak; el secretario general de la presidencia, Oscar Parrilli; y el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Fellner.
La presidenta despidió a Mercedes Sosa con un beso en la frente.
Los músicos que la acompañaron y la quisieron siempre, estuvieron allí, dejando testimonio de lo que "La Negra" representa en la música y en el país.
"Fue la voz de los que no tenían voz en la época de la dictadura y llevó la angustia por los derechos humanos en Argentina a todo el mundo", declaró Víctor Heredia, cantante y compositor de algunos temas que Sosa hizo famosos como "Razón de vivir".
"Voy a extrañar su protección de madre de los cantores", dijo Luciano Pereyra, que también se despidió de ella.
El cantautor folclórico Facundo Saravia, ex integrante del mítico conjunto Los Chalchaleros, expresó su pesar: "Nos dejó nuestra embajadora de la música popular argentina en el mundo".
Conmovido, el violinista y compositor Carlos "Peteco" Carabajal opinó que "habría que hacer una peña eterna" para homenajearla.
Teresa Parodi, que llegó temprano a despedirse de su amiga, dijo: "Era una mujer solidaria, comprometida y cariñosa, como una madre todo el tiempo. Tenía un deterioro físico muy grande, sus órganos no funcionaban, pero su corazón seguía latiendo. Mercedes nos abrió las puertas a todos, nos empujó a un montón de escenarios".
Liliana Herrero, por su parte, opinó: "Ambas historias, la personal y de la Argentina, son dramáticas, turbadas, agitadas. La historia de ´La Negra´ es una biografía cantada. De Gardel a Mercedes Sosa hay una historia de la Argentina".
La artista, símbolo del canto latinoamericano, recibió honores reservados para las más altas personalidades del país, no sólo por el velatorio en el Congreso, sino también porque se declaró día de duelo nacional.
Hombres y mujeres del pueblo, muchos con una flor en la mano y los ojos vidriosos por las lágrimas, se encolumnaron desde las primeras horas de la tarde en las afueras del Congreso esperando su ingreso.
"Es el símbolo de la lucha de los pueblos no sólo en Argentina, sino también en el mundo", dijo Carlos, mientras esperaba en una larga hilera para ingresar al Congreso.
El músico Antonio Tarragó Ros aseguró que "su presencia fue algo siempre sumamente necesario", mientras que el pianista y compositor Mariano Mores afirmó que siempre llevará "en el corazón su voz inmaculada que dejó su canto maravilloso".
El secretario de Cultura, Jorge Coscia, despidió con pesar a Sosa, a la que consideró "una de las más trascendentales representantes de la cultura argentina del mundo. Mercedes Sosa no se despide, se va a quedar con todos nosotros", aseguró.