"A esta hora, a Mercedes solamente la sostiene el corazón", graficaron desde el entorno de la cantante tucumana.
Cuando la noche del sábado se cernía sobre esta ciudad, todos los que están cerca de esta gran figura de la cultura popular latinoamericana asumen que la vida de Sosa "depende de un milagro".
Tras un viernes que se cerró con dificultades y en que recibió varias visitas como las de Rubén "Colacho" Brizuela y Liliana Herrero y Fito Páez, ayer reinó una enorme calma en el Sanatorio de la Trinidad donde la artista está internada desde el 18 de septiembre último.
La situación de la enorme intérprete fue empeorando desde el miércoles pasado cuando debió ser alojada en una sala de terapia intensiva en que se la conectó a un respirador artificial para hacer frente a una afección renal progresiva que comenzó a afectarle también los pulmones y el corazón.
Ayer se apreció una menguada guardia periodística -a la que la familia le agradeció el "aguante" entregando medialunas a la hora de la merienda- y pocos visitantes entre los que se contaron Teresa Parodi y Julia Zenko.
Sus músicos
Durante la tarde de ayer también se hicieron presentes los habituales laderos de "La Negra" a la hora de los recitales: Popi Spatocco, Carlos Genoni, Rubén Lobo y Jorge Giuliano, quienes se sumaron al apretado núcleo familiar que acompaña a la enorme artista, de 74 años. (Télam)