Esta semana hubo una inflexión en el discurso del gobernador con respecto a los cortes de ruta y las tomas de terrenos. Sapag se endureció: "Queremos ser muy serios y severos", dijo, y advirtió que no habrá diálogo con quienes adopten ese tipo de medidas de fuerza. También Cristina habló del tema que los diarios mantienen en sus primeras planas, pero lo hizo en un contexto diferente. Al inaugurar un tramo de la autopista Córdoba-Rosario, advirtió que "no necesitamos argentinos que corten rutas sino que las construyan". Seguramente se refería a los obreros de Kraft, que desquiciaron durante toda la semana la Panamericana, pero también a otros actores sociales, como por ejemplo los que generan trabajo.

Sapag, en cambio, habló en el acto de asunción del nuevo secretario de Seguridad, Guillermo Pellini, quien estrenó su cargo con un cortocircuito al atribuirle a la Justicia una manifiesta tendencia a declararse incompetente frente a este tipo de conflictos.

"En Agronomía no enseñan Derecho", bromeó un miembro del Poder Judicial presente en el acto, y el hecho mereció un pedido de aclaración del presidente del Tribunal Superior y hasta una reunión de Sapag con Massei para emprolijar los tantos.

"Queremos coordinar con la Justicia y no otra cosa", dijeron cerca del gobernador y se quejaron de que los problemas de jurisdicción entre Nación y provincia y entre la Justicia federal y la provincial derivan invariablemente en un "pase de factura a Sapag". También explicaron que el hecho de que el gobernador coincidiera con la presidenta "fue mera casualidad. Lo que realmente nos preocupa de los cortes -dijeron- es que no nos dejan gobernar".

En ese contexto, aclararon que de ahora en más nadie puede esperar diálogo si produce una medida compulsiva. No obstante explicaron que no se trata de "pegar", porque "la vida es un valor superior al de la libertad de desplazamiento", sino de ser "más severos y presionar en cada caso con mayor cantidad de efectivos para que la gente se retire".

Quien también habló de cortes, tomas y hasta de "abuso del derecho de huelga" fue Quiroga. En el entorno del líder opositor destacan que Sapag "se ha convertido en un jefe de personal: por un lado asigna el 73% de los recursos para sueldos y por el otro se dedica a administrar conflictos".

La sociedad está fatigada del minué de los cortes de ruta, eso independientemente de que el tema se haya convertido en un caballito de batalla de la oposición -al gobierno nacional y al provincial- ante la relativa tolerancia de ambos con la protesta social, incluida la de sectores de altos ingresos como el "campo", cuyos excesos piqueteriles curiosamente omite la afilada crítica antioficial.

Claro que Quiroga, convencido de que en esta etapa política el discurso antipiquete contribuye a la acumulación, no sólo le estaba pegando al gobierno neuquino: también estaba señalando el sendero de alianzas que alienta para construir su candidatura a gobernador en el 2011.

Le estaba hablando a Farizano y sus aliados de la coalición municipal. Esta semana, el intendente confirmó su decisión de apostar a la reelección y hasta se tomó el trabajo de concurrir al acto en el que Quiroga festejaba los 10 años de su primer triunfo electoral, para apoyar sin reservas la candidatura a gobernador de su "querido amigo".

"Cuatro años no alcanzan y el hombre ya hizo reserva de lugar", sentenció, benevolente, un colaborador de Quiroga. Enseguida aclaró que el gobierno de Farizano "se está afirmando y está mejor que hace dos años", dando a entender que el intendente radical podría ser bien recibido en la nómina de "Quiroga 2011".

Fue ése el escenario en que el diputado nacional electo por la UCR le marcó la cancha a su antiguo colaborador respecto de las fuerzas aliadas.

Es que en el quiroguismo admiten que Une "engordó y pasó de cortar rutas a gobernar en parte la ciudad y en parte la provincia: ¿o no es, acaso, el emepenista Balda, con quien acaban de trabar una alianza, un hombre del ministro de Gobierno Jorge Tobares?". No obstante, advierten que no están dispuestos a marchar junto a quienes, como Víctor De Genaro, pretenden convertir a ATE en un partido político. "Deberían aprender de Lula", disparan.

Cerca de Mariano Mansilla, en cambio, han comenzado a tomar mayor distancia de un posible acuerdo con Quiroga. Curiosamente, algunos referentes de Une que proclamaban hasta hace muy poco la disposición para marchar a una interna abierta con Quiroga de cara al 2011 ahora señalan que las diferencias con el dirigente radical son insalvables y que el hombre ha derivado definitivamente hacia la derecha.

Tampoco les molesta a los ¿mansillistas? que, aun habiendo hecho una excelente elección como hicieron, Farizano les niegue la presidencia del Deliberante. Ni siquiera que éste haya proclamado sin aviso previo su intención de repetir en el cargo. ¿No acariciaba, acaso, el unismo, la idea de convertir la intendencia en el próximo escalón al estrellato?

Por ahora, en Une se contentan con señalar que las ambiciones de Farizano no serían un obstáculo: "El tema siempre se puede resolver con una interna abierta", deslizan.

Sin embargo, el jefe comunal no parece tan dispuesto: en una entrevista con este diario que se publica hoy, da a entender que su candidatura no se discute y que está confiado en su capacidad para encolumnar a todos los miembros de la coalición, incluido el díscolo Une, detrás de su candidatura.

En buena medida lo que ocurra dependerá de la gestión. Porque así como el fracaso de Sapag supondría la habilitación de una alternativa opositora -y su triunfo lo contrario-, del éxito o el fracaso de Farizano dependerá la posibilidad de que se materialicen o no algunas pretensiones de sus aliados.