NEUQUÉN (AN).- "Este gesto de Balda no nos ayuda para que nos quede un partido entero". Lo dijo el diputado del MPN, Rolando Figueroa, que reaccionó frente a la alianza entre Herminio Cesar Balda, ex funcionario de Sapag y hombre de historia en el partido provincial, con Mariano Mansilla, referente de Unión por los Neuquinos (UNE) que admitió trabajar para su partido sea el "nuevo MPN en la provincia".

"Puede llegar a ser una postura personal, que no me parece del todo correcta la de Balda. Nosotros venimos trabajando con un grupo de dirigentes para producir un recambio, pero siempre dentro del partido", señaló el diputado, que transparentó otra parte de la realidad interna del MPN: tanto diputados como otros referentes están trabajando para pelear espacios en el partido.

En la Legislatura, por ejemplo, son pocos los sapagistas puros y, en pequeños grupos, se están gestando alianzas sectoriales. La de los petroleros Omar Lorenzo, Carlos Pacheco y Juan Gómez, que recientemente sumaron a Roxana González, es una de ellas. La de Silvia de Otaño y Darío Mattio, es otra, aunque en este caso se trata más de generar un espacio dentro del sapagismo y ser referentes del gobierno en el Poder Legislativo.

El factor común de los nuevos espacios en gestación fue, hasta que se aplazó, la elección de autoridades del partido. Todos trabajaron para buscar una representación que los pusiera en valor frente al gobernador Sapag.

Figueroa, en tanto, fue el único que, hasta el momento, salió al cruce de Balda. "Hay que superar estos cruces, porque nuestra premisa es que el MPN continúe intacto, pero las construcciones deben ser dentro del partido", señaló. No esquivó tampoco que Herminio Balda comparte el mismo espacio partidario -realizaron actos en conjunto- que el ministro de Gobierno Jorge Tobares.

"Quiero creer que Tobares no tiene nada que ver en esto. Quiero creer que es una posición personal, que me extraña, porque es Balda un dirigente muy respetado y tiene mucho para enseñarnos en el MPN", señaló, claramente disgustado y asumiendo que ver a Balda y a Mansilla sentados en una misma mesa no cayó bien en el oficialismo provincial.