En medios diplomáticos internacionales se están manejando tres desenlaces posibles de la peculiar crisis política de Honduras, un país con dos presidentes -uno de ellos de facto y el otro sin poder pero con reconocimiento externo- desde el retorno al país del destituido Manuel Zelaya.
El resultado final dependerá en última instancia de que Zelaya, quien se refugió en la embajada brasileña de la capital hondureña, consiga suficiente apoyo en las calles como para que el país se vuelva ingobernable y provoque una intervención de las Naciones Unidas que logre reinstalarlo en el poder.
"Finalmente, todo va a depender de cuál de los dos presidentes tenga más peones", dijo un bien situado embajador latinoamericano, empleando una metáfora ajedrecística. "Si hay grandes tumultos callejeros y muertes, es más probable que Estados Unidos y los países latinoamericanos aumenten la presión para que Zelaya sea repuesto en el cargo". Éstos son los principales escenarios que se vislumbran en Honduras:
* Escenario 1: "Caos, seguido de intervención de la ONU". Los partidarios de Zelaya se lanzan a las calles, provocando una represión mayor por parte del gobierno de facto de Roberto Micheletti. Hay muertos y heridos. El presidente venezolano Hugo Chávez alega que se está cometiendo un "genocidio" del pueblo hondureño.
El gobierno de Micheletti decide sacar a Zelaya por la fuerza de la embajada brasileña y arrestarlo, invocando un fallo de la Suprema Corte que ordena su arresto desde antes de que fuera destituido por violación de leyes constitucionales que le impedían presentarse a una reelección.
Además de cortar el suministro de agua y electricidad a la embajada brasileña, el gobierno de facto fuerza a Zelaya a abandonar el edificio bombardeándolo con música de rock heavy metal, como lo hizo Estados Unidos cuando el ex dictador panameño Manuel A. Noriega se refugió en la embajada del Vaticano en Panamá en 1990.
Brasil pide al Consejo de Seguridad de la ONU que intervenga en la crisis hondureña. A diferencia de la OEA, la ONU puede enviar tropas de paz a un país cuando el Consejo de Seguridad determina que existe riesgo de violencia regional.
* Escenario 2: "Caos pasajero, seguido de elecciones". Zelaya permanece refugiado en la Embajada del Brasil y el gobierno de Micheletti logra restablecer el orden. Después de algunos días agitados, las cosas vuelven a la normali-dad y la crisis hondureña empieza a esfumarse de los titulares.
* Escenario 3: "Un gobierno de unidad nacional". Micheletti y Zelaya empiezan a negociar un gobierno de coalición con alguna representación de Zelaya en el poder, para darle a todo el mundo una salida elegante, sin perder imagen.
Mi opinión: como soy un optimista por naturaleza, creo que veremos algo cercano al tercer escenario. Tal vez urgido por la amenaza de una intervención de la ONU, el gobierno de Micheletti probablemente se vea forzado a aceptar un diálogo tendiente a garantizar el reconocimiento internacional de las elecciones de noviembre. Y si eso no ocurre, lo más probable es que el nuevo gobierno convoque a nuevas elecciones -bajo supervisión internacional- para que se levanten las sanciones económicas.
ANDRÉS OPPENHEIMER (*)
Especial para "Río Negro"
(*) Periodista argentino. Analista internacional.
Miami