NEUQUÉN (AN).- El gobernador Jorge Sapag se preocupó ayer de despegar del sobischismo a Ernesto Seguel, flamante secretario de Educación, Cultura y Deportes.
Dijo que fue él el encargado de integrarlo a la administración pública provincial, allá por el año 1995, cuando fue ministro de Gobierno.
La referencia tuvo lugar poco después de la jura en el cargo de Seguel, ayer en el Espacio Duam, y en el contexto de las críticas que los gremios estatales, sobre todo los docentes de ATEN, plantearon apenas trascendió el nombre del sucesor de Jorge Tobares.
Sapag habló de un "etiquetamiento que ha hecho la prensa respecto a la procedencia política de Ernesto".
"Quiero recordar que en el año 1995 firmé un decreto en el que se incorpora a la administración pública, porque a mí me gustó su personalidad, su actitud, su compromiso y su hombría de bien, así que cualquier etiqueta y rótulo que le quieran poner a Ernesto, que sea referida a ese primer día", marcó.
De este modo el gobernador buscó contrarrestar los cuestionamientos docentes, surgidos apenas trascendió el nombre del nuevo referente máximo para Educación. Todos los sectores del sindicato recordaron y fustigaron su paso por el gobierno de Jorge Sobisch, donde se desempeñó en la subsecretaría de Trabajo.
Del acto de ayer participó buena parte del gabinete, diputados provinciales y nacionales, la vicegobernadora Ana Pechen.
En su discurso, el gobernador insistió nuevamente con su reclamo al gobierno nacional sobre el valor del precio del gas como factor desencadenante para que mejore la situación financiera. Recordó que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner reconoció un aporte "en los últimos años" de 12.000 millones de pesos de Neuquén por el pago al valor actual, que las provincias productoras buscan modificar. Y reclamó "una política estructural", sostenible en el largo plazo, para el tratamiento del precio de los hidrocarburos. (Ver aparte)
Por otro lado reiteró la negativa de atender reclamos sociales que incluyan cortes de ruta y la toma de tierras.
Sapag vinculó estrechamente la posibilidad de una mejora en la recaudación vía hidrocarburos, con uno de los fantasmas que busca contrarrestar el gobierno, las protestas sociales. En medio de su pedido a Nación en el discurso, deseó "que no se convierta nuestra realidad provincial en una puja por los escasos recursos económicos, sembrada de cortes de ruta y reclamos sindicales".
Sobre éstos, dijo, "algunos sólo parecen medir la parte voluntarista de la solución del problema, lo concreto es que los recursos no alcanzan para todos".