El Fondo Monetario Internacional (FMI) declaró el fin de la peor recesión mundial desde la Segunda Guerra Mundial. Pero las buenas noticias terminan allí. En el informe sobre el estado de la economía global publicado en Estambul, el FMI indica que la recuperación será un proceso lento y arduo.
Los países más ricos están saliendo de la recesión, pero, según el organismo multilateral, el desempleo seguirá en aumento. La tasa de desocupación de la zona euro alcanzará cerca del 12% en el año 2011, según las estimaciones del FMI.
El desempleo en Estados Unidos, que alcanzó su nivel más alto en 26 años con un 9,7%, es probable que llegue al diez por ciento durante el próximo año.
Las potencias asiáticas, como China e India, estarían liderando la recuperación.
Los gobiernos del mundo están organizando masivas medidas de gasto público que ayudaron a sus economías a sortear la crisis. Sin embargo, eso significa que la recuperación fue algo artificial y el FMI indicó que el sector privado sigue estando debilitado. El estímulo de los gobiernos no puede seguir eternamente, advirtió el economista Olivier Blanchard.
El FMI predijo que la economía mundial crecerá un 3,1% en 2010 y alrededor de un cuatro por ciento en promedio entre ese año y 2014. Esta última cifra está un punto porcentual por debajo del crecimiento en los años anteriores a la crisis económica.
En otras palabras, el mundo estará sumergido en una dolorosa transición durante algún tiempo.
* Como a Bush. En tanto, la nota destacada del día fue que un joven turco lanzó el jueves un zapato contra el director del FMI , Dominique Strauss-Kahn, en una conferencia sobre economía mundial, lo que recuerda el caso protagonizado tiempo atrás por un periodista iraquí con George W. Bush. El lanzamiento del zapato, que no alcanzó al director , se produjo en un anfiteatro de la Universidad Bilgi de Estambul, ante unos 200 estudiantes.
Strauss-Kahn, con la camisa arremangada, respondia a preguntas, cuando un joven bajó corriendo de las gradas al grito de "FMI, vete de Turquía". El joven lanzó una zapatilla que terminó su vuelo a un metro del director del FMI y fue reducido.