| Martes 29 de Septiembre de 2009 | > Regionales |
Leo Medina, un trabajador que vende pan relleno en las calles, denunció ayer en los tribunales de Bariloche, “las torturas físicas y sicológicas” a las que fue sometido por efectivos del grupo de elite de la policía rionegrina, que patrulla desde hace días en El Bolsón.
En realidad, la brigada –conocida popularmente como Bora-, fue requerida por referentes del Consejo de Seguridad Ciudadana y de la asamblea popular realizada luego del asesinato del remisero Rodolfo “Pirulo” Sfeir, y están recorriendo el centro de la ciudad y los barrios en prevención del delito. Un trabajo similar hacen integrantes del Escuadrón 35° de la Gendarmería Nacional, que a criterio de otros dirigentes constituye “una militarización desmedida de nuestro pueblo”.
En el caso del vendedor ambulante, relató que en la madrugada del domingo salió del pub “La Casona”, sobre avenida San Martín, donde “afuera había un tumulto”, reconoció.
“Estaba arrancando mi moto y sentí que uno de los Bora me golpeó y luego con otros me apretaron la cabeza contra el suelo, hasta me cortaron una oreja. ‘¿No vas a gritar, negrito’?, me preguntó uno de ellos. Yo tenía mis documentos y los papeles de la moto, pero ni se molestaron en pedírmelos. Luego me llevaron a un calabozo donde perdí el conocimiento, estuve 4 horas tirado, sangrando y nadie me atendió, ni agua me dieron”, graficó.
En igual sentido, la ex candidata a diputada nacional por el partido Obrero, Meli Quintillán, hizo responsable de estos hechos “a las autoridades locales y provinciales que en nombre de la seguridad pretenden militarizar las calles de los pueblos, intimidando y amenazando a la población trabajadora del lugar mientras las cúpulas policiales aparecen una y otra vez involucradas en los más horrendos delitos”.
A su turno, otros militante sociales y gremiales tambin exigieron “que se retire el Bora de El Bolsón y que sean enjuiciados y castigados los responsables políticos y materiales de la agresión a Leo Medina”.
En distintos operativos realizados el último fin de semana, con el concurso de la brigada en cuestión, hubo 16 detenciones de contraventores, incluyendo una espectacular persecución de un Corsa ocupado por varios jóvenes y que terminó rompiendo el tren delantero contra el cordón de la vereda.
En otros dos procedimientos, el Bora logró incautar dos armas de fuego en poder de personajes que podrían estar vinculados a hechos delictivos ocurridos en la semana anterior.
En definitiva, las opiniones sobre el desempeño de dichos policías están divididas. Mientras desde el sector empresarial están de acuerdo con el trabajo de prevención contra el delito, desde la vereda de enfrente piden su alejamiento.
Fernando Bonansea