Martes 29 de Septiembre de 2009 > Salud
Abogados "dráculas" arman causas por mala praxis
Esperan a los pacientes en los pasillos de los hospitales para convencerlos de iniciar acciones.

“El médico tiene miedo porque sabe que si se llega a equivocar con un paciente, tiene a un abogado en la puerta del hospital que convence al paciente para que inicie un juicio”. Ese es el rumor que corre dentro de la comunidad médica, dentro de las clínicas y nosocomios del Conurbano y la Ciudad de Buenos Aires. 



La disputa de dos de las profesiones más anticuadas de la historia, abogados contra médicos, se incrementó en las últimas décadas. Así lo afirma un estudio publicado en agosto por la Asociación Civil de Actividades Médicas Integradas (ACAMI), que refleja que este año los juicios por mala praxis aumentaron un 22% en comparación a 2008. Es decir, que un promedio de 2 de cada 5 médicos debe enfrentarse con los jueces.

Aunque en diálogo con 24CON, la especialista en daños, la Dra. Vanesa Di Cataldo, expresó que tal informe “no es tan objetivo”, ya que la estadística está realizada en base a la cantidad de causas que se presentan en la Mesa de Entrada de los juzgados. Es decir, que los juicios que llegan hasta la última instancia son los menos. Según ACAMI, el 8%.

La mayoría de las causas por mala praxis se resuelven en mediación, donde “arreglan” una pena económica para resarcir los supuestos daños que se hayan producido en un paciente. Para Marcelo Mastrangelo, presidente del ACAMI y Director de Relaciones Institucionales del Hospital Alemán, “ese es uno de los problemas”.



“Depende de cómo está armada la querella. Si el profesional es independiente van contra él, si no responde el lugar para donde trabaje. Es decir, hay una cadena segura para que alguien termine pagando”, expresó a este diario. Sin embargo, agregó que los jueces tienen mayor predisposición y que “están entendiendo que la medicina no es una ciencia exacta”. 



Hay causas que prescriben a los 10 años y la Justicia debe tener en cuenta con qué técnicas el profesional realizó la intervención, ya que son cambiantes y “lo que pudo haber sido recomendado como un avance, después se comprueba lo contrario, pero en el caso de una droga, ya fue recetada”, dice Mastrangelo. 

La citaciones suelen ser multitudinarias. Se deben hacer presentes el médico en cuestión, representantes de la clínica y de la obra social y todos los demás que intervinieron en el acto. 

“El que paga el caché más caro es el protagonista, a quien se lo acusa, después sigue la cadena y la última es la obra social”, reconoció Di Cataldo. El estudio jurídico que intervenga, cobra un determinado porcentaje de lo sentenciado por los jueces, monto pactado de antemano con su cliente. 
Pueden probar, pero deben comprobar


Lejos de generalizar el accionar de aquellos letrados que sí se encargan de llevar adelante una causa judicial bajo lo que realmente dictan las leyes e intentan resarcir a sus clientes; los llamados abogados “oportunistas” que están a la cacería de damnificados clínicos, deben comprobar cómo se realizó el hecho.  

Es por eso que se necesita de un médico legista, es decir, de un profesional capacitado en la materia, que realice los peritajes correspondientes que luego serán utilizados por los jueces para fundamentar si hubo o no mala praxis, corroborando la historia clínica del paciente.

 

Hecha la Ley, hecha la mala praxis

Entre el 60 y 70 por ciento de los profesionales médicos cuenta con un seguro, a modo de prevención. Los pagan de forma particular, ya que muchas veces las clínicas privadas se lo exigen como requisito, o se los descuentan del sueldo en el caso de los institutos municipales. 

“En realidad la cobertura la tendrían que tener el 100% de los médicos. Porque el error, como error médico, no trae consecuencias, el problema es cuando acarrea un daño, que se convierte en un reclamo. En ningún caso de mala praxis se habla de dolo, sino de culpa”, explicó Di Cataldo. 



La batalla: Lo que piensa uno del otro

“No los juzgamos a los médicos, defendemos de forma muy seria cuando el paciente viene a mostrarnos su situación. No son cosas menores, se cree que uno arma algo, en el caso de nuestro estudio se trabaja muy a conciencia”, expresó la abogada. 

Asimismo, agregó: “Sabemos que se ponen muy nerviosos cuando reciben una demanda, pero ellos se fijan en su soberbia. Aunque los abogados también la tienen.

No sé por qué los médicos se enojan con los abogados, si el que determina la sentencia es el juez, y ellos se sirven de los médicos legistas (sus pares), son ellos le dicen si hubo incapacidad o no”. 

Por su parte, Mastrangelo sentenció: “El abogado también defiende a un violador, que en vez de 25 años le saca 15 y termina siendo un profesional brillante, sin importar qué consecuencias trae un violador suelto a la sociedad. Esto corresponde al ejercicio de la profesión”.

Fuente: 24CON

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