En "The New York Review" correspondiente a octubre se lee un artículo ("Entangled Giant" -Gigante enredado-) de Garry Wills, distinguido periodista e historiador políticamente afín a las ideas del actual presidente norteamericano, en el que analiza los hechos de su administración en los ocho meses que acumula. No se trata de cosas como las altisonantes de los Republicanos amargados, pero el análisis y el tono de la nota son casi de desconsuelo. Revisando una serie de gestos y resoluciones políticas en que ha incurrido la burocracia gubernamental en varias estructuras del gobierno, advierte que muchos partidarios se muestran desanimados al ver cuán rápidamente se ha ido recayendo en los poderes despóticos, el secreto y la irresponsabilidad que llevaron al ex presidente Bush a su oprobio. Tal es la manera en que la actual administración ha llegado a parecerse a la desalojada que -cuenta como referencia- un funcionario de la Casa Blanca comentó a una periodista: "Esto es como ´Invasion of The Body Snatchers´" -Invasión de los usurpadores de cuerpos -. (Se refería al filme de ciencia ficción de 1978 en que clones de alienígenos reemplazaban a humanos en una base militar de Alabama).
Pero, según puntualiza el autor de esta nota, la perniciosa concentración de poder en el Ejecutivo y ciertas agencias no ha sido creada por G. W. Bush, viene de mucho antes. (Y dice esto sin siquiera evocar la advertencia que formuló en su discurso de despedida el presidente Eisenhower sobre "el complejo militar-industrial" que ensombrecía el futuro democrático). Anota que son sesenta y ocho años de asunción de emergencias bélicas (1941-2009) que han erosionado los equilibrios legales y constituido un Estado de Seguridad Nacional hasta el punto -es sólo una muestra- de que hoy se mantienen mil bases militares, muchas de ellas secretas, en otros países. Ahora, es como si el hombre que preside la nación hubiera devenido en prisionero de su propio poder. Un cuadro, podríamos imaginar, como el de Gulliver, el gigante atenazado en la playa de Lilliput por cientos de cuerdas de liliputienses. No obstante, todavía hay esperanza en algunos como él y así concluye: "Puede que sea demasiado tarde para volver a los ideales de la Constitución, pero el esfuerzo debería ser realizado. Como dijo Cyrano: "Mais on ne se bat pas dans l´espoir du succès" (pero uno no pelea en la esperanza de vencer).
Una visión más optimista en cuanto a libertad de acción política presidencial se puede apreciar en otra nota casi contemporánea y de tema afín que se publicó en la edición del 17/9/09 de "Foreign Politics", una revista de reconocida imparcialidad. Se titula "The New Defense Realism", la firma el presidente de "Carnegie Endowment for Internacional Peace" y comenta una de las novedades recientes de la administración Obama, la renuncia a la instalación de un sistema de misiles de defensa en países de Europa Central planeada por el gobierno de Bush bajo pretexto de un posible ataque nuclear desde Irán y resistida enérgicamente por Moscú. En este caso ha sido importante el informe con que la GAO (oficina de contabilidad del gobierno) le planteó al Departamento de Defensa sus serias objeciones en cuanto al gasto enorme que irrogaría ese sistema antimisilístico junto al hecho de las fundadas críticas acerca de su operatividad según el juicio de expertos y de científicos del Massachussets Institute of Technology que lo han analizado. La decisión del presidente Obama de respaldar el informe y sustituir ese sistema disfuncional con otros medios de defensa disponibles y eficientes representa, comenta el autor de la nota, reemplazar nada con algo. Y enfatiza el hecho de que los emplazamientos que se encaraban en Polonia y la República Checa no tenían que ver con seguridad sino con política. Los funcionarios de Bush y quienes los apoyaban estaban tratando de condicionar al nuevo presidente estableciendo hechos, institucionalizando un sistema que difícilmente se podría remover sin un alto costo político. La decisión de la administración actual de cancelar el proyecto de esos defectuosos sistemas antimisiles de Europa Central es una medida sana basada en la mejor inteligencia y evaluación técnica. El presidente de Estados Unidos reemplaza un sistema inhábil contra una amenaza que no existe con armas de defensa eficaces frente a una real o potencial capacidad misilística iraní. Concluye: "Esto no es Munich; esto es Praga. No es apaciguamiento; es un nuevo realismo de defensa, el triunfo del pragmatismo sobre la ideología".
El título de esta nota y el análisis de Garry Wills del comienzo evocan la imagen de un Gulliver inmovilizado. Lo que venimos a referir sobre la resolución presidencial que veta el sistema a que aspiraban los funcionarios de Defensa muestra que hasta las más duras influencias corporativas son superables con inteligencia, estudio y decisión. En estos días, por otra parte, el mandatario estadounidense desarrolló en el palacio de Naciones Unidas un análisis libérrimo sobre asuntos tan cruciales como la proliferación nuclear, el cambio climático, la economía global y la paz en Medio Oriente. Y el editorial del "New York Times" del 23 de septiembre que lo refiere comienza con estas palabras optimistas sobre cómo van las cosas en una administración de la que tanto se puede esperar: "Seamos claros. Mr Obama ha hecho enorme progreso en los cortos ocho meses desde que se hizo cargo de sus funciones. Ha dado un vuelco a algunas de las más odiosas políticas de la era Bush. Ha persuadido al mundo para que otra vez oiga y escuche lo que América tiene que decir, aunque esté todavía explicándose cómo capitalizar a pleno esa buena disposición y credibilidad".
HÉCTOR CIAPUSCIO (*)
Especial para "Río Negro"
(*) Doctor en Filosofía