Al menos 150 personas murieron en Manila, la capital de Filipinas, a causa del paso del huracán tropical "Ketsana", que provocó las inundaciones más graves de los últimos 40 años. Más de 50 continuaban ayer desaparecidas en la ciudad principal y otras tantas eran buscadas en localidades aledañas. La tormenta alcanzó vientos de unos 100 km/h y en tan sólo nueve horas cayó más lluvia que en todo el mes. Unas 337.000 personas tuvieron que huir de sus hogares, de las cuales 60.000 fueron alojadas en refugios de emergencia. El nivel del agua subió tan rápido que miles de afectados tuvieron que trepar a los techos de sus casas o a los árboles a la espera de ser rescatados. |