CENTENARIO (ACE).- Alrededor de 40.000 fieles de todo el Valle participaron de la tradicional peregrinación a la Virgen de Luján en esta localidad, que finalizó con la misa oficiada por el cardenal Jorge Bergoglio. También estuvo presente el obispo neuquino Marcelo Melani.

El primado de la Argentina tuvo a su cargo el mensaje central de la ceremonia religiosa, en el que no hubo alusiones a las críticas que sectores ultraconservadores de la iglesia católica presentaron en el Vaticano en contra del obispo Melani. En su discurso tampoco se refirió al gobierno nacional ni a la pobreza, aunque sí aludió a la riqueza.

El titular de la diócesis neuquina se mostró exultante por la participación de fieles en la peregrinación y la visita del cardenal, pero declinó hablar de la llegada del coadjutor del Vaticano (en una suerte de auditoría) o referirse a la llegada de Bergoglio como un respaldo (ver aparte).

Bergoglio centró su mensaje en la solidaridad de la virgen María "apurada por servir" a los demás, con una fuerte crítica a los que se enriquecen bajo la "necedad de acumular para el fracaso" de llegar al fin de la vida sin haber colaborado con los demás.

Se refirió a los 50 años de la diócesis neuquina que se cumplirán en el 2011 y llamó a los fieles a "renovarse en el Cristo servidor", lema de la peregrinación.

La columna que llegó de Plottier partió a las 5 de la madrugada para reunirse con los de Parque Industrial y las comunidades que venían de Neuquén, que habían iniciado el trayecto a las 7 y 8, respectivamente.

Por la ruta 7, con las imágenes de cada parroquia, los sacerdotes encabezaron los cánticos de los más entusiastas hasta que se reunieron todos -con los que arrancaron desde Centenario- alrededor de las 10:30 en las inmediaciones del peaje.

Fue allí, al pie de la barda donde está el santuario de la Virgen del Luján, que algunos calcularon que la peregrinación había superado las 40.000 almas.

Esos siete últimos kilómetros por la multitrocha hasta la plaza San Martín de Centenario se hizo a pleno sol, y mientras un grueso de los fieles se quedaron para la misa, miles emprendieron el regreso antes del mediodía.

El día acompañó. Estuvo fresco para la caminata aunque a las 12 el sol se sintió a pleno, y en algunos el cansancio provocó desmayos. En la plaza había dispensers con agua, manzanas frescas y jóvenes con material de primeros auxilios. Varios médicos asistieron a los que se desvanecieron durante la misa.

"Viajamos 490 kilómetros, venimos desde Chos Malal en agradecimiento porque pude salir de un problema de salud grande, así es que desde hace 16 años que hago esta visita", dijo Marina, de 50 años, integrante de la familia Albornoz-Márquez.

Marina explicó que antes no se quedaban a la misa, pero que esta vez hicieron la excepción. "No sabía que venía el cardenal, me enteré aquí; este año se vio mucha gente, sólo venir me produce mucha emoción", dijo.

Antonella (20) y su amiga Nicolle (14) llegaron exhaustas: por primera vez hacían la peregrinación. Las acompañaron sus familias e integrantes de la comunidad de Villa Farrel. Abel, de 75 años, caminó desde la Catedral neuquina, rogando para que "a los jueces de la Corte Suprema se les ablande el corazón y fallen a favor de los jubilados de YPF".