Dar vida, el acto más sublime e íntimo de una mujer y de absoluta soledad en tiempos remotos, llega a nuestros días con un justo acompañamiento, como lo es la 'asistencia afectiva' de profesionales (doulas) que facilitan y hacen el trance menos doloroso.
Aunque el instante supremo de parir es único entre la madre y el nuevo ser, en el paso a una nueva relación que comenzó con el embarazo, la ciencia a través de distintas disciplinas, asiste a quienes no dejan de ser protagonistas principales. Como un nuevo aporte se suman por estos tiempos las denominadas 'doulas': mujeres capacitadas para contener afectiva y emocionalmente a las madres, debutantes o no, antes, durante y después del parto.
El vocablo 'dula' es de origen griego y connota el sentido de servicio, en este caso un servicio de acompañamiento y contención en lo emocional y afectivo a mujeres que dan vida, a veces hasta con la sola presencia y desde el silencio. Las doulas, se pronuncia 'dulas', tienen una formación terciaria que brinda la Maternidad Nacional a través de la entidad Nacere (nacer), con certificación universitaria.
El título otorgado por el centro de formación de doblas, que funciona en ese centro especializado dependiente de la Universidad Nacional de Córdoba, tiene certificación otorgada por la Secretaría de Extensión de la Facultad de Ciencias Médicas. Natalia Villalón, coordinadora del área de preparación al parto (profilaxis perinatal) del nosocomio, explicó a Télam que la doula "acompaña a la mamá durante la tarea de parto, incluso después del nacimiento cuando todavía está en sala de puerperio".
De este modo la doula se suma a los equipos de asistencia a parturientas, ocupando su lugar y sin invadir otros espacios. "No interviene en el rol del médico sino que fortalece al equipo para ayudar a que la mamá se sienta cómoda y pueda dar a luz", aclaró Villalón.
En la Maternidad las aspirantes hacen un curso que dura entre seis y siete meses, "y una guardia antes de terminar su formación, donde se ofrecen su asistencia a las mamás que quieren ser acompañadas por ellas. La mayoría acepta", resaltó. Si bien la participación de la doula se da particularmente en el momento del parto, también visita "a la mamá que está con su bebé" en las primeras horas de puerperio, y "lo que hace es cuidar al recién nacido".
La dobla, en esa instancia, promueve "el vínculo del bebé con la madre, que en términos psicológicos se trata de lograr seguridad, porque ayuda a la relación por el resto de la vida", dijo a Télam la responsable de los cursos. Villalón consideró que "el puerperio es la etapa posterior al nacimiento, son seis meses, pero el puerperio inmediato son las primeras 24 ó 48 horas, después ya no intervendrá. Es (el de la doula) como un servicio corto". El requerimiento de ese tipo de asistencia aumenta "con el paso del tiempo porque en Argentina la doula no era muy conocida" aunque "en Europa, en Estados Unidos, Canadá, es muy común requerir este tipo de asistencia".
"Acá se van conociendo cada vez más y ya hay formación en Buenos Aires, en San Luis, en Mendoza, en Rosario. Pero en Córdoba es la única que avalada oficialmente por una Universidad", agregó. A modo de balance, Villalón ponderó que "ese acompañamiento de mujer a mujer en el proceso de nacimiento, ha logrado que haya menos tasas de cesáreas, que haya menos traumatismos en el parto". Con la asistencia afectiva y emocional, se ha logrado también "que la embarazada no use anestesia o analgésicos en el parto y que colabore con el equipo de salud; que esté más tranquila y más focalizada en que su hijo está por nacer", concluyó. (Télam).