Un nuevo estudio publicado en 'Neuron' revela que cuando se toman decisiones acertadas incrementa la actividad en el hipocampo.Hasta el momento, la teoría dice que la corteza prefrontal desempeña un papel importante en la toma de decisiones. "Hace años estudiamos, en colaboración con colegas ingleses y americanos, a pacientes con lesiones frontales y llegamos a la conclusión de que el lóbulo prefrontal (sobre todo el derecho) estaba muy implicado en la correcta toma de decisiones", explica Juan Carlos García-Moncó, presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
Ahora, por primera vez, un grupo de científicos de la Escuela Universitaria de Londres descubre que el hipocampo (una zona del cerebro relacionada con la memoria) y su interacción con el lóbulo prefrontal son claves para aprender a tomar decisiones."No es de extrañar que el hipocampo se active en este tipo de procesos cognitivos. Se encarga de archivar la información inmediata y ésta es muy importante a la hora de evaluar una situación (por ejemplo, una jugada de ajedrez) y tomar la siguiente decisión", argumenta José Antonio Portellano Pérez, profesor titular de Psicobiología de la facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid y especialista en neuropsicología.
Hay que tener en cuenta, comenta el experto, que "cuando uno toma una decisión, integra todo lo aprendido en la memoria tanto de largo como de corto plazo, que está repartida por distintas áreas del cerebro. De ahí, la complejidad del proceso".
El principal autor de esta investigación, Dharshan Kumaran, afirma que, "probablemente, el hipocampo se encarga de crear y guardar conceptos básicos que después pasan a la corteza prefrontal, de donde se extraen y se utilizan cuando la ocasión lo requiere. Por ejemplo, en circunstancias en las que elegir una u otra opción puede poner en riesgo nuestro dinero". Además, los circuitos neuronales que envuelven al hipocampo también son responsables del uso de los conceptos básicos adquiridos en situaciones nuevas.
Los expertos llegaron a esta conclusión después de comprobar el funcionamiento cerebral de 27 participantes involucrados en el estudio. La principal prueba a la que se sometieron consistía en predecir, a través de imágenes expuestas en el ordenador, el tiempo atmosférico después de observar el cielo de la noche anterior.
Por un lado, se evaluaba la actividad cerebral a través de una técnica de neuroimagen (tomografía por emisión de positrones o PET), determinando así qué zonas funcionales experimentaban incremento de actividad. Además, se valoró si la estimación atmosférica realizada por los participantes era correcta o no. Finalmente, se concluyó que en las decisiones acertadas, el hipocampo mostraba mayor actividad. La acción de esta parte del cerebro permite tomar decisiones importantes sobre lo que se debe hacer en diferentes circunstancias.
Áreas poco exploradasAsí como se conocen perfectamente los mecanismos del lenguaje, no ocurre lo mismo con este proceso cognitivo. "Intervienen áreas poco exploradas y el nivel de complejidad es tal que no siempre son responsables las mismas zonas", puntualiza el García-Moncó, quien añade que son necesarios más estudios que apunten en el mismo sentido para extraer conclusiones definitivas.
Según los expertos, estos hallazgos ayudan a descifrar qué estructuras cerebrales participan en las funciones cognitivas superiores (lenguaje, memoria, razonamiento...), como elegir entre varias opciones. La única implicación clínica que tiene, matiza el presidente del Comité Científico de la SEN, es que, "a nivel de dependencia, estos resultados ayudan a entender que una persona con determinadas lesiones cerebrales puede empezar a tener dificultades en la capacidad de decisión. Ayudan a entender enfermedades como el Alzheimer".