BUENOS AIRES (DyN).- La pulseada política entre los mayores bloques del Senado, el kirchnerismo y la UCR, dejó de estar centrada en la aprobación del proyecto de ley de medios, porque los dos entienden que la iniciativa será sancionada este año.
La discusión pasó a ser ahora cuál es el precio que está dispuesto a pagar el oficialismo por no cambiar una sola coma del texto sancionado por Diputados y cuánto puede ganar la oposición si consigue torcerle el brazo y le obliga a rehacer algunos artículos de la futura ley. Lo dijo a última hora del viernes el senador jujeño Guillermo Jenefes, un legislador oficialista que se convirtió en la clave para resolver el asunto por su actitud crítica ante el proyecto: pronto habrá una nueva ley para la radiodifusión argentina, el tema ahora es saber si será en octubre o en noviembre.
Octubre significa que el oficialismo contó con el apoyo mayoritario de los senadores para imponer su número en la discusión pública del recinto y el proyecto prescindió de la voluntad de los opositores que buscaban cambiar aspectos criticados de la propuesta actual.
Noviembre quiere decir que finalmente el kirchnerismo no pudo mantener el texto con su propia fuerza y la de sus aliados, como promueve hasta ahora la presidenta Cristina Fernández, se vio necesitado de corregir varios artículos y debió mandar de nuevo a Diputados la sanción de la Cámara alta para que le presten conformidad a los cambios.
En las dos primeras jornadas de consultas de las cuatro comisiones que analizan el tema quedó en evidencia que los oficialistas se atrincheraron en una defensa cerrada y total del proyecto y los radicales en cambiar un par de aspectos que consideran graves y costosos para el futuro. La tercera alternativa fue la de sectores del justicialismo disidente que cuestionan toda la iniciativa por una posible inconstitucionalidad, pero hasta ahora no parece cosechar muchos adherentes.
Eso fue lo que pasó el primer día de debate, cuando la habilidad discursiva de los senadores del partido centenario consiguió por momentos enredar las argumentaciones del presidente del Comfer, Gabriel Mariotto, hasta que en un punto tuvo que decir: eso lo puede corregir el Ejecutivo en la etapa de reglamentación de la ley, después que lo aprueben las dos cámaras del Congreso. O sea, el texto no se mueve.
Las cartas decisivas de este juego político serán mostradas el próximo viernes. El oficialismo firmará un dictamen que deberá ser mayoritario en cada una de las cuatro comisiones que analiza el tema: si insiste en no modificar nada, corre el riesgo de no alcanzar los ocho avales.
Salvo que consiguiera el apoyo "en disidencia" del jujeño Jenefes, que integra tres de los cuatro grupos, entonces habrá un signo de que alguna negociación desconocida dio sus frutos. Si las propuestas que le llegan a Jenefes no lo convencen, como parece haber sucedido hasta ahora, el oficialismo se vería obligado a aceptar algunos cambios del texto que llegó de Diputados y entonces sería mejor que en la nueva realidad se contemplen las dos o tres demandas radicales. Esta flexibilidad le garantizaría que el proyecto de Medios llegue al recinto con el respaldo de las tres firmas del legislador norteño crítico, una por comisión que integra, para ser debatido sin grandes cuestionamientos por parte de la oposición y en la semana siguiente esté en Diputados para la discusión, en noviembre.
* "Quieren todo". El jefe del bloque de senadores radicales, Ernesto Sanz, afirmó que en la discusión del proyecto de radiodifusión "ha quedado al desnudo que la ley tiene muchas falencias". Asimismo, insistió en denunciar en que el verdadero objetivo del matrimonio presidencial es lograr "un nuevo galón de concentración de poder, esta vez no para quedarse con el juego o con el petróleo, sino con la libertad de expresión y el dominio de los medios".