Admitámoslo, además de globalizado, el mundo está más caliente y no se trata solo del cambio climático. Aunque Mamá Tierra es tan redonda como siempre, ahora estamos todos pegaditos, en lo que a proximidad se refiere. Estirás el dedo y tocas China, así de simple.

Convengamos, Internet golpeó a la monogamia. Matrimonios transformados en candados oxidados que duraron décadas por miedo, detonaron en los primeros minutos de la existencia de la red. Y eso fue hace mucho. Hoy, la Web es una adolescente de banda ancha. Se pueden ver videos pornográficos en forma  gratuita.

 Las generaciones de los ´70, para ver una teta debían engañar al canillita. Y ni hablar de Facebook, las compañeritas/os, con las/los que nunca se pudo concretar en la primaria, aparecen como juguetes sexuales en potencia ( ¡uhh dió como creció la nena!). Estar solo, hoy en día, parece ser sólo un mito, una quimera o, en todo caso, una elección (un poco de  respeto con el onanismo, ¿no?) ¿Se puede ganar por la Web? ¡Si, se puede! Todos pueden. Para corroborar, decidimos acercarnos a una experta en el tema, Valeria Schapira, con una sonrisa que ocupa las tres cuartas partes de su espontaneidad femenina y con la libertad sexual a flor de piel, la periodista nos recibió sin tapujos.

"Las personas de alrededor de treinta años o más no nacieron con la tecnología ya instalada en la sociedad, en cambio, un nativo digital es ese nene de diez años que anda con un celular en la mano. Que los padres en vez de regalarle un autito le regalaron un teléfono. No les pasa como a mí, que cuando me regalaron una PC a los 25 años me largué a llorar de la impotencia", cuenta Valeria.

En el mismo orden y con énfasis en las mujeres, Vale señaló que "las treinteañeras son más pudorosas que las más jóvenes", ya que "antes las chicas debutábamos a los 18, 20 años y ahora lo hacen a los 14 o 15", analizó.