SAN SEBASTIÁN (Télam).- El actor Ricardo Darín es una de las figuras destacadas del Festival de San Sebastián, donde es firme candidato a ganar la Concha de Plata a la mejor interpretación por su papel en "El secreto de sus ojos", de su compatriota Juan José Campanella, y donde además protagoniza "El baile de la victoria", último filme del español Fernando Trueba.

Muy simpático y locuaz, Darín -que en octubre se pondrá a las órdenes de Pablo Trapero- ofreció una entrevista a Télam.

-¿Alguna vez pensás decirle no a Campanella?

-Cuando hicimos la segunda película, le dije que sería bueno que tengamos la libertad de decirle no al otro si no le interesa lo que está en cuestión. Pero hasta ahora eso nunca ocurrió. Todo lo que me propuso siempre me resultó interesante, lo que no sé es si a él le resultará interesante seguir convocándome.

-¿Cómo se produce la química entre ustedes? ¿Qué aportás vos y qué aporta él?

-Yo no aporto nada más que laburo. Él es mucho más generoso conmigo que yo con él, porque siempre viene con una oferta que implica un desafío nuevo, que me hace crecer como actor y como artista, y me da a conocer en lugares cada vez más alejados. Es todo generosidad.

-¿Y qué cosas le das desde tu trabajo?

-Soy discutidor por naturaleza, no soy un tipo fácil ni sumiso ni obediente. A mí me gustan los actores que van un poco más allá, participan, se meten y discuten y arriesgan su opinión y te dicen cuál es su parecer. Y creo que esa es la forma en la que estás mucho más cerca de formar un buen equipo de trabajo.

-¿Cómo hace para aguantarte?

-Confiamos en un esquema de trabajo donde cada uno tiene la tranquilidad de decirle al otro lo que hizo mal, sin ofenderse. Eso es lo que sucede entre nosotros: sabemos en el acto si la cosa funciona o no funciona. Con sólo mirarlo, sé por la cara que tiene si tenemos que hacer las cosas nuevamente o si las hicimos bien o mal. Pero eso te lo da una mecánica de trabajo que lleva años.

-¿Tuviste muchas dificultades en "El secreto de sus ojos"?

-Sinceramente, la pasé genial. En ningún momento sentí que estaba trabajando. Cuando las cosas están en el lugar en el que tienen que estar, tal como ocurrió con esta película, sólo hace falta ponerse la gorra y entrar a escena. Si está todo su lugar, es mucho más fácil hacer las cosas.

-¿Cómo hiciste para construir tu personaje?

-Ése es uno de los juegos del oficio y el trabajo, jugar a ser otro por un rato. El desafío que implica un personaje que esté alejado de la personalidad de uno es una de las cosas más atractivas y lo que más nervioso te pone. Te da vértigo.

-¿Y cómo se supera ese vértigo?

-Creo que si hay un camino posible para tratar de enfrentar ese desafío es buscar adentro tuyo cuáles son las cosas que no tenés en común con el personaje, tenerlas claramente visualizadas.