NACIONES UNIDAS (AP).-En medio de las críticas que arrecian hacia el presunto programa de Irán para producir armas nucleares, el presidente Mahmoud Ahmadinejad dijo ayer a la Asamblea General de Naciones Unidas que Teherán está dispuesto a responder de manera recíproca a los gestos de conciliación.

Ahmadinejad habló en un salón semivacío. La delegación argentina se retiró del recinto, al igual que los representantes de Francia, Estados Unidos, Canadá y Reino Unido. El líder iraní buscó mostrarse a sí mismo como un defensor de los países en desarrollo, que enfrenta los ataques de un capitalismo rapaz.

Simultáneamente, hizo duras críticas a Estados Unidos y a sus aliados, sin mencionarlos directamente, lo que provocó que la delegación estadounidense también dejara el lugar. Ahmadinejad no mencionó la preocupación causada por el programa nuclear iraní. En vez de ello, convocó al desarme nuclear de todo el mundo.

Momentos antes de su discurso, los cancilleres de seis potencias globales dijeron a la prensa, en las márgenes de la Asamblea, que esperan que Irán aclare las intenciones de su programa nuclear.

Se contemplan sanciones más severas contra Irán si las conversaciones entre las potencias y Teherán sobre el tema, previstas para el 1 de octubre, no dan resultados. Por momentos, Ahmadinejad empleó un tono más suave, al declarar que su país estaba "preparado para estrechar cálidamente todas las manos que se nos tiendan con honestidad". Añadió que Irán está comprometido a participar en la construcción de una paz y una seguridad duraderas en todo el mundo, sin dejar de defender sus derechos legales.

El líder iraní condimentó su discurso con referencias religiosas, invocando a los profetas del judaísmo, del cristianismo y, desde luego, del islam. Pero la mayor parte de su mensaje se enfocó en sus temas habituales _ ataques verbales contra su archienemigo Israel y Occidente. Condenó a Israel por su ataque "bárbaro" en la Franja de Gaza, en el invierno boreal pasado, y censuró las guerras encabezadas por Estados Unidos en Afganistán y dentro de Pakistán.