NEUQUÉN (AN).- El municipio volvió a clausurar el boliche Bloke porque ayer, cerca de las 6 de la mañana, durante un operativo junto con la policía, se constató la presencia de unos 80 menores de edad en su interior.

El local bailable anoche no pudo abrir las puertas, y así se perdió el promisorio festejo de inicios de la primavera, una fecha en la que los jóvenes suelen excederse más de la cuenta con la ingesta de alcohol, ya de por sí desmesurada.

El secretario Legal y Técnico del municipio, Fabricio Torrealday, informó que el operativo comenzó poco después de las 6 y fue realizado por el municipio y la Comisaría del Menor, encargada de la identificación de los adolescentes.

La situación del ingreso de chicos a locales bailables y los castigos a los propietarios tiene antecedentes recientes. Por esta moneda recurrente, en la primera quincena de julio unos 1.030 menores habían dejado de entrar a un boliche en operativos similares.

Torrealday dijo que una vez identificados, los menores fueron retirados por sus padres en cercanías del boliche, y los que no, terminaron la noche en la Comisaría del Menor, adonde esperaron que los vayan a buscar.

"Esto no sucedería tan seguido si en realidad los padres estuvieran al tanto de lo que están haciendo sus hijos", opinó Torrealday, que recordó que por ordenanza municipal todos los menores de 18 años asisten a locales bailables en horario de matiné.

No es la primera vez que Bloke es penalizado de esta forma. "En otra oportunidad pagó unos 10.000 pesos por una infracción de este tipo", dijo Torrealday, quien cuestionó la falta de controles de los propietarios: "Había un menor de 14 años de edad. ¿Cómo pasó la taquilla sin que sospecharan que no podía estar ahí?", se preguntó.

El comisario inspector Diógenes Martín, en tanto, informó que el mismo operativo llegó a los boliches Mega y Superclub donde "no se constató la presencia de menores".

Por otra parte dijo que en un operativo en conjunto entre Tránsito del municipio y la comisaría Primera, se incautaron 15 motocicletas. Sus conductores estaban ebrios -hubo controles de alcoholemia-, y en otros casos no tenían la documentación de los vehículos.

Pese a que también hubo incautaciones en pleno centro, la mayoría de las motos fue secuestrada en la Plaza de las Banderas, una zona donde la combinación de alcohol y vehículos a alta velocidad es notoria a simple vista.