SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Un suboficial de policía que acababa de frustrar un asalto salvó milagrosamente su vida cuando el asaltante le arrebató su arma reglamentaria, falló al efectuarle el primer disparo que le gatilló cuando estaba caído, y fracasó en los dos intentos posteriores de matarlo porque se trabó el mecanismo de la pistola 9 milímetros.
El dramático episodio se desarrolló a partir de las 13:10 del sábado frente a una despensa del barrio Ayelén, situada en la esquina de Frey y Padre Mascardi.
Todo comenzó cuando dos asaltantes se acercaron a los empleados que acababan de bajar del camión de una empresa distribuidora de gaseosas, los amenazaron con armas de fuego y los intimaron a entregarles la recaudación.
Un suboficial de la Brigada de la comisaría 28 que estaba en las cercanías y de civil observó parte de la escena del robo y efectuó un disparo al aire y otro hacia el suelo para tratar de disuadir a los delincuentes, y aunque los asaltantes respondieron con más tiros comenzó a perseguir a uno de ellos al advertir que escapaban en distintas direcciones.
Cuando finalmente alcanzó al que había seguido se trabó en una lucha cuerpo a cuerpo con él, pero en forma sorpresiva se acercó un tercer individuo que lo derribó de un culatazo, le arrebató el arma reglamentaria y lo dejó fuera de combate. No obstante, el policía alcanzó a moverse cuando le efectuaron un disparo con clara intención homicida, y antes de perder el conocimiento advirtió que otros dos intentos de matarlo fracasaron, porque se trabó el mecanismo del arma y no salieron los proyectiles.
Mientras ocurría el frustrado asalto y la persecución a los ladrones, alertados por los vecinos llegaron al barrio Ayelén los uniformados de la comisaría 28ª del barrio Alto, que tras una breve investigación ubicaron al vehículo Renault Clío en que huyó al menos uno de los asaltantes, y detuvieron a su conductor. Adentro del auto había una capucha y un par de guantes de lana, que habrían utilizado en la ocasión, y cerca del escenario del hecho quedó abandonada la pistola "Bersa" con la que los delincuentes habrían amenazado al repartidor.
El sargento que puso su vida en riesgo sufrió un severo traumatismo de cráneo, pero se recupera favorablemente en un centro asistencial. Su nombre, cabe aclarar, no fue suministrado por las autoridades policiales porque se trata de un efectivo del área de Investigaciones, que habitualmente trabaja "encubierto".
Son frecuentes los robos que sufren los repartidores en los barrios del Alto de la ciudad, y las autoridades consideran probable que el detenido y sus cómplices hayan participado en varios de esos asaltos recientes. Las víctimas de esos robos no se resisten, porque tienen en su memoria el recuerdo del asesinato del repartidor José Aguilera, de la empresa "Paimún", hecho todavía impune aunque fueron juzgados por él dos sospechosos.