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Luisa Peluffo presentó su novela "Nadie baila el tango" | ||
Fue anteayer en el salón Araucanía de Bariloche. | ||
BARILOCHE.- Anteayer, en el salón Araucanía, de Bariloche, la escritora Luisa Peluffo presentó su libro "Nadie baila el tango". Esta novela fue finalista en el XIX Premio Herralde de Novela de Editorial Anagrama, en España. Y en el año 2007, recibió el Premio Único en el Género Novela Inédita del Concurso Bienal de Literatura de la Ciudad de Buenos Aires. Para hablar de esta novela de Peluffo (que nació en Buenos Aires pero que desde 1977 vive en Bariloche), estuvo la escritora Laura Calvo. Luego de la presentación Graciela Novellino y Juanjo Miraglia interpretaron temas que se mencionan en la obra. La novela cuenta la historia de Inés que recuerda, en la antesala de un quirófano, momentos clave de su vida: sus vínculos familiares, en especial con sus padres y su hermano Fernando; su relación conflictiva con Julito y el tango; la llegada de los hijos; la amistad con María Teresa; la relación amorosa con Santiago. Entre esos recuerdos se cruzan fragmentos que remiten a los años de la dictadura militar y a la Guerra de Malvinas. Ésta es "una novela de carácter realista, reflexiva y profunda que aborda emociones oscuras, situaciones irreparables, dijo Calvo. Y luego explicó: "La novela se divide en tres partes y se resuelve elípticamente, volviendo al punto de partida. La primera parte, "Cuando era chica", se desarrolla desde la mirada y el lenguaje de Inés, una niña que ve lo que pasa a su alrededor y lo sufre. La segunda parte, "Nadie baila el tango", es el encuentro de la protagonista con Julito. que le lleva unos cuantos años y es pariente lejano. "Y era cierto que bailaba como nadie y que contara lo que contara la hacía morir de risa". Empleado municipal, huérfano de chico, criado por la abuela. (...) Casamiento, engaños, traiciones, robos. Desmoronamiento de una concepción romántica del amor. Todo en paralelo con el descalabro social: la vuelta de Perón, la patria financiera, y luego, el genocidio y una sociedad que da la espalda a lo que ocurre. Y la tercera parte, "El suave murmullo", el despertar a la escritura como una forma de aproximarse a lo que la sobrepasa: superar lo ocurrido es posible, pero no es olvidando como se logra, sino recordando. "El murmullo del lápiz contra el papel me calma", dice la protagonista. Y yo agrego, para terminar, citando a Levrero, que ficcionar no es negar ni mentir; es decir la verdad mintiendo, transformando lo que pasó, para volverlo soportable", dijo Calvo en la presentación. | ||
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