Sábado 19 de Septiembre de 2009 Edicion impresa pag. 34 > Policiales y Judiciales
Batahola terminó en denuncias cruzadas
Fue en las 1.200 Viviendas de Cipolletti. Los jóvenes implicados recuperaron la libertad.

CIPOLLETTI (AC).- Empezó con un acercamiento de la policía a jóvenes que supuestamente estaban ebrios y terminó en un enfrentamiento. Piedrazos de un lado y balas de goma del otro, hubo ayer en las 1.200 Viviendas hasta que llegó el juez de turno, Gustavo Herrera, y se descomprimió la situación.

Los autores -uno de ellos menor de edad- fueron demorados y llevados hasta los Tribunales. Pero ni siquiera allí cesó la tensión. Es que una empleada judicial vio que uno de los jóvenes habría tenido algún tipo de arma blanca entre sus ropas y tuvieron que intervenir los efectivos de la guardia del edificio. Si bien hubo corridas y preocupación, los disturbios cesaron.

Tras ello, hubo una reunión en el despacho de Herrera con familiares de los jóvenes, el titular de la unidad 79 y representantes de Promoción Familiar para analizar la situación. Luego de dialogar "para que no vuelva a suceder otro episodio de violencia" los jóvenes fueron restituidos a sus padres.

Finalmente todo terminó en denuncias cruzadas. Las autoridades de la subcomisaría 79 iniciaron una causa por "daño calificado, lesiones y resistencia a la autoridad" porque en la batahola se rompió el parabrisas de un patrullero y dos empleados sufrieron heridas; y un familiar de los jóvenes radicó una denuncia ante el fiscal Oscar Cid por "abuso de autoridad".

Gustavo Paillalef, a cargo de la subcomisaría, dijo que todo comenzó cerca de las 8 de ayer cuando el personal se aproximó a un grupo que habría estado ingiriendo bebidas alcohólicas en Manuel Estrada y Turrín. Al "intentar identificarlos", comenzaron las agresiones, dijo. Contó que en el grupo -entre ellos, tres mayores y un menor de edad- empezó a arrojar piedras y a insultar a los uniformados, quienes ante este panorama pidieron apoyo.

Dijo que con uno de los piedrazos se rompió el parabrisas del móvil de la unidad, un Chevrolet Corsa.

"Hubo una batahola como de 15 minutos", relató. Reconoció que los efectivos efectuaron algunos disparos "con postas de goma" para intentar controlar la situación, que se complicó porque como ocurre habitualmente en ese barrio, se sumaron otros vecinos y familiares, y las piedras se generalizaron.

Por eso además de convocar a más efectivos, llamaron al juez de turno, quien junto a Paillalef, ingresó en la vivienda de un familiar de uno de ellos, donde se habían "atrincherado".

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