NEUQUÉN (AN).- El caso del chofer Leonardo Silva volvió a poner en el centro del debate una de las denuncias más antiguas con respecto al servicio de taxis de la ciudad: la existencia de testaferros. Sucedió porque una mujer manifestó ante varios medios de comunicación zonales que es la dueña del taxi desaparecido, pero desde el municipio se informó que la licencia está a nombre de un hombre, Pablo Osorio.
"Según nuestros registros el titular de la licencia no es una mujer, como se ha dicho, sino un hombre", aseguró ayer el subsecretario de Servicios Concesionados del municipio, Gustavo Benko, en contraposición incluso a la denuncia por la desaparición del vehículo que fue radicada por una mujer cuyo nombre no fue suministrado.
Mientras ayer fueron varios los taxistas que indicaron que Silva poseería antecedentes penales, Benko también contradijo esas acusaciones e indicó que "el 26 de septiembre pasado presentó un certificado expedido por la policía con fecha del 21 de agosto de 2008 en el que consta que no registra antecedentes penales".
Agregó que "es un certificado original", y aclaró que "aunque tuviera antecedentes sólo podemos negar el permiso de chofer a quienes tienen penas en suspenso y no sólo antecedentes".
El funcionario dijo ayer que "vamos a analizar el caso porque si efectivamente el coche no tenía radio es una irregularidad, ya que es obligatorio que todo taxi tenga ese sistema de comunicación".
Destacó que "de ser cierto lo que dicen deben habérsela quitado, porque en la última verificación que se le hizo al vehículo el 1 de julio de este año, el coche tenía una radio".