BARI (DPA/AFP) - El empresario Gianpaolo Tarantini, que contrató a decenas de mujeres para que animaran las fiestas en la residencia privada del primer ministro italiano Silvio Berlusconi, fue encarcelado en Bari, en el sur del país por tráfico de droga, informó el fiscal Antonio Laudati.
Tarantini está en prisión por riesgo de fuga y por posible manipulación de pruebas, argumentó el fiscal, que instruye una causa contra el empresario por corrupción, tráfico de drogas y prostitución.
"Gianpaolo Tarantini fue detenido por tráfico de droga, pero también por riesgo de fuga y porque habría podido manipular las pruebas en su contra", declaró a la prensa Antonio Laudati, fiscal de Bari. El empresario fue detenido en el aeropuerto de Bari.
La fiscalía de Bari abrió varios meses atrás una investigación contra dos empresarios, los hermanos Tarantini, sospechosos de corrupción para obtener partes de mercado.
Las escuchas telefónicas realizadas en el marco de esta investigación levantaron sospechas de tráfico de droga y de "incitación a la prostitución", ante el dinero que Gianpaolo Tarantini, que conoce a Silvio Berlusconi, propuso a chicas de compañía para pasar la noche en dos residencias del jefe de Gobierno, en Roma y en Cerdeña.
La confesión
Durante los interrogatorios, Tarantini reconoció haber enviado unas 30 mujeres a las residencias del político conservador en Roma y Cerdeña.
Dijo que envió a sus amigos para agradar a Berlusconi.
Algunas mujeres estaban dispuestas a tener relaciones sexuales "en caso de necesidad", pero Berlusconi no supo nada de los pagos a las mujeres por participar en esas fiestas, según relató Tarantini.
El propio Berlusconi (de 72 años) ha negado en varias ocasiones haber pagado por mantener relaciones sexuales.
En junio, la prostituta Patrizia D´Addario, de Bari, dijo que el empresario las contrató para acudir a las fiestas y que si se quedaban a pasar la noche con el primer ministro recibirían un "regalo" de él.
Unas grabaciones de audio demuestran al parecer que la prostituta pasó al menos una noche con Berlusconi.
Berlusconi nunca ha negado la celebración de tales fiestas, si bien ha matizado que no sabía que las jóvenes cobraban por asistir a ellas y ha rechazo cualquier favor político a cambio de los agasajos.