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¿Crisis? En la vida real sí pero no en las pasarelas de Nueva York | ||
Las pasarelas mantienen el habitual rítmo desenfrenado | ||
Si el planeta entero está en recesión, eso no se nota en las pasarelas neoyorquinas: el ritmo de los desfiles de prêt-à-porter primavera-verano 2010 se mantiene desenfrenado, y los operadores creen en el futuro. "Tenemos más colecciones este año que el año pasado", asegura Fern Mallis, vicepresidente del grupo IMG Fashion, que produce las "semanas de la moda" de Nueva York desde 2001. "Son los medios los que desalentaron a los compradores, deberían decir a la gente que consuma", estimó. "Se trata de moda, de la moda que te transforma la vida, que te vuelve más deseable, que te destaca, que te hace conocer gente, eso es la moda", afirma a una veintena de periodistas extranjeros en un salón privado del Parque Bryant, en el corazón de Manhattan. "Si ven 40 trajes en vez de 50 en una colección eso no cambia nada del resultado final, es normal que se recorten un poco los costos", reconoce no obstante. "Y para los creadores extranjeros, el Parque Bryant -donde desfilan los creadores- es la Isla Ellis de la moda", añadió, evocando la isla símbolo de la inmigración en Estados Unidos, en la desembocadura del río Hudson. De la mañana a la noche, en el Parque Bryant o en otras partes, los desfiles no cesan y la creatividad aflora por todas partes. Marc Jacobs estuvo así a la altura de su reputación. El lunes por la noche en la antigua armería de Manhattan, transformada en espacio blanco para la ocasión, un grupo de "pierrots" con lunares lucían blusas con encaje de cuello alto, bermudas con volados, pantalones, polleras largas en tonos pastel brillante. El creador estrella estadounidense mostró la ropa interior: sostenes sobre las blusas, corsés, un largo pulóver sin espalda que dejaba ver atractiva lencería... El también se entregó a la manía de la temporada, los peleles o monos, mostrándolos en materiales brillantes, brocados, sedas azules, rosa pálido o anaranjado, todo salpicado de pequeñas perlas. "No estamos aquí solo para vender ropa, se trata de darle a la gente material para soñar", dijo al diario Women's Wear Daily. "Por supuesto que vemos la crisis en la ciudad", dijo a la AFP Suzy Menkes, cronista de moda del International Herald Tribune. "Las tiendas están vacías, todo está rebajado. Pero eso no se ve para nada en las pasarelas", añadió. "No voy a hablarles de economía, solo de cosas positivas", anunció por su parte a la AFP Nicole Fischelis, vicepresidenta del grupo Macy's y directora para moda. "Somos muy optimistas, agosto-setiembre mostraron que la tendencia es buena. Estados Unidos es un país de 'hacedores', de personas que actúan. La temporada será extraordinaria porque ofrecemos muchas opciones diferentes, vamos a dar a nuestras clientas no solo lo que quieren, sino también lo que no esperan", añadió. Después de Catherine Malandrino, que alternó por momentos sus habituales vestidos ceñidos y calados con pantalones babucha o pirata, Philip Lim mostró una serie de vestidos plisados grises o marfil con petos de lúrex, llevados junto a pequeñas chaquetas de cuero. Este jueves, último día de la temporada, era el turno de dos creadores estadounidenses clásicos de presentar sus colecciones: Ralph Lauren y Calvin Klein. | ||
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