Juan Martín del Potro, micrófono en mano desde el balcón central del Palacio Municipal de Tandil, aseguró que no va "a olvidar nunca" su reciente consagración en el US Open y dijo no cambia a su ciudad "por ninguna del mundo".
El campeón tuvo un recibimiento inolvidable, y con el "Ole, ole, Delpo, Delpo" de fondo, afirmó: "Jugué pensando en ustedes, que siempre me ayudaron. Gracias a todos, por la fuerza que me dieron para entrar a la cancha".
Tanta espera, tanta ansiedad, tanta alegría contenida explotó poco después de las 16, cuando Del Potro, en un auto, llegó a la rotonda Espora, en la entrada de Tandil. Allí lo esperaban 3.000 personas, entre ellos sus familiares más directos y apenas se bajó del auto se quebró, mostrándole a su ciudad sus lágrimas luego de un abrazo emocionante con su madre.
Pero ese abrazo que parecía que iba a ser eterno tuvo que ser cortado, porque el campeón fue subido a un autobomba, para empezar el recorrido por Tandil. El camino hasta la plaza Independencia, donde está el Palacio Comunal, que en condiciones normales tarda unos 15´, demoró dos horas.
Es que no sólo las 3.000 personas que había en la entrada a la ciudad dijeron presente, sino que también todo el pueblo salió a las calles a saludar a la caravana.
Hasta hubo perros vestidos con los colores celestes y blancos saludando el pase de Del Potro, quien iba sentado en el autobomba, cada tanto secándose las lágrimas de los ojos, y en cada esquina cuando el camión de los bomberos se detenía se paraba para saludar a su gente. "Me hicieron sentir el chico más feliz del mundo", dijo el dueño del US Open, que el miércoles cumplirá 21 años.