KABUL.- Al menos seis soldados italianos y 10 civiles afganos murieron ayer como consecuencia de un atentado suicida con coche bomba perpetrado en Afganistán, al paso de un convoy de la OTAN en una ruta de la capital, Kabul.
El potente explosivo fue detonado a control remoto cerca de dos vehículos militares italianos en una carretera del centro de Kabul, cerca del palacio presidencial, poco después del mediodía, y el estallido mató a los seis soldados e hirió a otros cuatro, dijo desde Roma el ministro de Defensa, Ignazio La Russa.
El ataque, que mató también a 10 civiles afganos, es el más mortífero contra tropas italianas desde que comenzó la invasión al convulsionado país centroasiático hace 8 años, y sacudió a los líderes europeos que mantienen presencia militar en la región.
Seis vehículos resultaron quemados -entre ellos un carro blindado con una bandera italiana pintada en uno de sus costados- en el ataque, el cuarto de grandes proporciones perpetrado en Kabul en cinco semanas.
El vocero talibán Zabiullah Mujahid reivindicó el atentado a través de un mensaje de texto en el que dijo que un combatiente del movimiento integrista había cometido "un atentado contra fuerzas extranjeras".
El vocero del Ministerio de Defensa afgano, general Mohammad Zahir Azimi, confirmó por su parte que "al menos 10 civiles afganos" murieron y otros 52 resultaron heridos.
La incertidumbre respecto a los recientes comicios afganos y el persistente aumento de muertes de soldados en atentados suicidas generan inquietud entre los aliados de Washington, que comienzan a preguntarse sobre cuánto tiempo deberían quedarse o sobre la conveniencia de retirarse.
El Parlamento italiano realizó un minuto de silencio en honor a las víctimas, e inmediatamente retomó la discusión de si sus tropas deben continuar o no en Afganistán. La mayoría conservadora gobernante y la oposición del centroizquierda respaldan ampliamente la misión en ese país, mientras sectores más a la izquierda del arco político italiano reanudaron sus demandas de una "retirada inmediata". Sin embargo, el ministro del Interior, Roberto Maroni, fue taxativo al declarar que "no existe ninguna hipótesis de retiro de la misión en Afganistán pues ello equivaldría a "rendirse a la lógica del terrorismo".
El canciller Franco Frattini, en tanto, aseguró que si bien "los soldados italianos pagaron un precio alto por la libertad y la seguridad de Afganistán, de Italia y de Europa", seguirán en Afganistán "para demostrar que el orgullo de Italia es siempre elevado". (DPA)