ALLEN (AA).- Similar a una postal bélica. Sin tropas ni enfrentamientos, pero con los rastros típicos de un violento bombardeo aéreo. Así se encuentra la Ruta provincial 65 en el tramo que une Allen y Roca.
Gigantescos baches hacen imposible el tránsito sobre la cinta asfáltica y por ende la mayoría de los conductores optan por tomar la peligrosa calle rural Nº 4 para poder transitar. El miércoles y tras meses de olvido, Viarse recordó que debe mantener la ruta en condiciones y un grupo de operarios realizó tareas de bacheo.
El camino no resiste más reparaciones. Su estado parece ser irreversible. Los inmensos pozos son un factor común y circular por la zona en cuestión se ha convertido -desde hace ya un buen tiempo- en una verdadera odisea.
Para los conductores no existe una manera eficaz de maniobrar los vehículos y evadir el paso por los baches. Son imposibles de esquivar porque están por todos lados y los hay de todas las dimensiones: pequeños, medianos, grandes, bajos y profundos. En síntesis, la ruta Chica se transformó en algo así como en una exposición provincial permanente del bache y la desidia.
Por ejemplo, a dos kilómetros y medio del acceso Martín Gümes de Allen y en dirección a Guerrico, justo en el ingreso a un viñedo, hay cuatro baches juntos que ocupan prácticamente el ancho de la ruta. Lo mismo sucede en el punto de acceso al barrio El Maruchito, donde los pozos ya son parte del paisaje.
El profundo deterioro que presenta la Ruta 65 genera un riesgo constante de accidentes y también produce inconvenientes de tipo mecánicos en los rodados que utilizan ese trayecto para unir Allen y Roca. Claro está que la peligrosidad de la ruta se incrementa mucho más cuando a un costado del asfalto está ubicado el desagüe rural, que en reiteradas oportunidades fue comprometido su entubamiento pero nunca se concretó la obra.
Además, las banquinas son excesivamente angostas y en esta época muchos productores limpian las acequias y arrojan los residuos a la vera de la ruta, reduciendo significativamente los espacios de emergencia.
Y para lograr un andar más sereno y un viaje sin baches, la mayoría de los conductores se han volcado a transitar por la calle asfaltada Nº 4. El problema del cambio en el hábito de la circulación, reside en que la calle Nº 4 no es una ruta y por lo tanto no está preparada para el tránsito continuo de todo tipo de vehículos. Por estos días camiones, autos, motos y camionetas se entremezclan con tractores y demás maquinarias rurales sobre el asfaltado de la calle Nº 4.