La inesperada aparición de Diego Maradona sentado al lado de la presidenta de la Nación, Cristina Fernández y del presidente de la AFA, Julio Grondona, el día de la presentación oficial del acuerdo entre el Estado y el fútbol argentino para la transmisión gratuita de los partidos, ubicó al DT de la selección en un lugar extraño, en medio de la disputa entre el gobierno y el Grupo Clarín.

El domingo pasado, la agencia de noticias estatal, Télam, dio a conocer una columna de opinión donde sugiere que las críticas hacia Maradona, tras las duras derrotas ante Brasil (1-3) y Paraguay (0-1), son excesivas y que eso se debía a su apoyo al proyecto oficial del fútbol por tevé abierta.

"Las críticas a Maradona buscan también, en gran parte, apuntarle al presidente de la AFA, Julio Grondona, sobre todo luego de la decisión de dar por concluido el contrato con la empresa que televisaba el fútbol en forma exclusiva. Maradona, por aplaudir esa tarde en Ezeiza, también está pagando los supuestos ´platos rotos´ y se lo están haciendo saber sin ningún pudor", sugiere Carlos Juvenal, autor de la nota.

Como antes con Alfio Basile, hoy los cuestionamientos caen casi exclusivamente sobre Maradona. Sin embargo, es claro que el actual DT se equivocó mucho en varios aspectos, sobre todo en los tácticos y de planificación.

Como sea, si algo le faltaba a Diego era estar en el medio del fuego cruzado entre el Gobierno y ciertos medios. Por ahora, los medios oficiales lo convirtieron en víctima de la causa.

Suena exagerado, pero ayer el canal Todo Noticias se refería al viaje de Maradona con imágenes de aquella tarde oficialista de Ezeiza. ¿No tenían otras? Y cómo interpretar una placa de Crónica TV, el días después de la derrota en Asunción, que decía: "¿Hasta cuándo el chiste Maradona?"

JUAN MOCCIARO
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