ZAPALA (AZ).- Tres jóvenes fueron detenidos el sábado a la madrugada cuando pretendían ingresar a la ciudad con un arsenal de proyectiles militares de todo tipo. Un control rutinario de Gendarmería permitió incautar el material que viajaba oculto en una caja en el interior de un automóvil Chevrolet Corsa.
Entre otros elementos, los jóvenes llevaban un mortero, granadas antitumultos y numerosos proyectiles trazantes y de varios calibres. Uno de ellos también tenía marihuana entre sus pertenencias.
Al parecer, uno de los que transportaba el cargamento se habría adjudicado la tenencia del material bélico y habría argumentado que formaba parte de una "colección privada".
El hecho, sin precedentes en la localidad, despertó la preocupación de las autoridades y fuerzas de seguridad quienes hasta ayer no habían podido precisar el destino de los proyectiles.
Además, por tratarse de material militar se generó una investigación a fin de determinar su origen.
Los involucrados en el hecho quedaron a disposición del juzgado Federal a cargo de Rubén Caro, quien dispuso su liberación poco después de la requisa del vehículo.
"Es un hecho que llama mucho la atención, no sabemos el destino que tenía el cargamento pero por tratarse de armamento militar utilizado por las fuerzas de seguridad se manejan varias hipótesis", destacó una fuente consultada por "Río Negro".
El procedimiento donde fueron arrestados los jóvenes se produjo el sábado alrededor de la 1 en el control caminero de acceso a Zapala.
Efectivos del escuadrón local de Gendarmería Nacional procedieron a requisar el automóvil y el perro adiestrado detectó en forma inmediata la presencia de droga.
"En realidad fue lo que nos permitió encontrar el cargamento de proyectiles, ya que el perro "marcó" a uno de los jóvenes, quien entregó en forma inmediata una cantidad reducida de marihuana que llevaba entre sus ropas" explicó un vocero.
Al revisar el vehículo, los gendarmes descubrieron que en el asiento trasero había una caja donde guardaban los proyectiles.
El juzgado Federal dio la orden de secuestrar el material y dejó en libertad a los involucrados, quienes quedaron afectados al avance de la investigación.
Si bien no se suministraron sus identidades, trascendió que dos de ellos son oriundos de Zapala mientras que el restante es de la capital neuquina.