CHOELE CHOEL (AVM).- Las actuales condiciones climáticas, económicas y políticas, han dejado al sector productivo con un horizonte cargado de incertidumbres con miras a una nueva temporada. Existen, sostienen distintos actores, varias áreas sumamente afectadas dentro de este marco, pero quienes más han sentido y sentirán las consecuencias son los pequeños y medianos productores. Y particularmente aquellos vinculados al sector de la ganadería y de la fruticultura.
En el aspecto climático, la sequía ha hecho que los propietarios de los campos de la zona hayan tenido que descargarlos sacándoles hacienda. De este modo, el stock en la comarca ha disminuido de manera considerable y se especula que para que se puedan recuperar deberán al menos pasar 5 años con condiciones óptimas.
Pero también se encuentran con una desventaja, como es la imposibilidad de adquirir ganado del norte de la barrera del río Colorado, lo que demorará aún más la recuperación de hacienda. Y si bien a la zona benefició el corrimiento de la frontera ganadera hacia el sur del país, esto no se ha visto reflejado en inversiones, porque si bien esto originó un aumento del precio de la tierra, el mercado inmobiliario se ha retraído y la venta de grandes extensiones se ha frenado.
Otra de las áreas más perjudicadas dentro de la cadena productiva es la fruticultura. Las grandes empresas no han confirmado contratos con los pequeños y medianos productores y se especula que recién lo podrían hacer en noviembre. Ante esto, los productores que venían de un año malo producto de las heladas, no tendrán dinero fresco para inyectarle a sus establecimientos y deberán esperar además el devenir del mercado y salir a vender sus productos con precios ya estipulados sin posibilidades de regateo.
"Se necesita antes que nada contar con un valor de piso para la fruticultura. Porque por ejemplo una caja de fruta se comercializó e Europa a 44 euros, el año pasado, y al productor le quedó un promedio de 25 centavos de peso por kilo. Es decir en la larga cadena el único que no ha podido poner un piso, sobre el valor de venta, ha sido el productor. Sí lo han hecho el resto de los eslabones: desde quienes trabajan en los galpones, quienes realizan las exportaciones y el propio gobierno", mencionó el ingeniero agrónomo Daniel Castro Ares.
Esta circunstancia actuará de manera directa sobre la producción de la comarca, porque además se vive ante un mercado retráctil, donde sólo se puede tener certeza con algunos nichos muy específicos y donde el pequeño o mediano productor tiene pocas o ninguna posibilidad de acceder.
En tanto, tampoco se sabe cuándo invertirán las tomateras este año. Según distintas fuentes aún no se conoce con certeza qué cantidad de tierras sembrarán y se producirán esta temporada, dado que aún no se han firmado los contratos.