LONDRES (AFP) - El cerebro de un grupo que planeaba hacer estallar aviones transatlánticos en vuelo con bombas líquidas fue condenado ayer a cadena perpetua, con un mínimo requerido de 40 años de prisión, en una corte del suroeste de Londres.
Las sentencias por planear atentados suicidas figuran entre los más largas que haya dado un tribunal británico en un caso de terrorismo.
Abdullah Ahmed Ali, un fundamentalista islámico británico de 28 años, había sido hallado culpable hace una semana de conspiración para asesinar haciendo estallar aviones en vuelo, un plan con el que según la fiscalía buscaba causar más muertes que los atentados del 11-S en Estados Unidos. Sus dos co-acusados, Assad Sarwar, de 29, y Tanvir Hussain, de 28, también fueron sentenciados a cadena perpetua con un mínimo requerido de 36 y 32 años de prisión, respectivamente.
Un cuarto acusado, Umar Islam, de 31 años, fue hallado culpable de asociación ilícita para cometer homicidio y fue condenado a 22 años de cárcel.
Al leer su veredicto, el juez Richard Henriques, del tribunal de Woolwich, indicó que el plan preparado por el trío era "la conspiración más grave e infame" que se había podido demostrar en esta jurisdicción. "La intención era perpetrar una atrocidad terrorista que permanecería en la historia ", agregó.
Los miembros del jurado no llegaron a decidir si éste intentaba atacar aeronaves como parte del plan.
Los hombres habían planeado introducir explosivos a bordo de aviones, disfrazados como bebidas gaseosas, a fin de detonarlos en pleno vuelo. A los terroristas les faltaban unos pocos días para poner en práctica el plan cuando fueron arrestados en agosto de 2006. Sus arrestos provocaron un caos a raíz de que centenares de aeronaves no realizaron vuelos en toda Europa. También provocó cambios en las medidas de seguridad en todo el mundo.