El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dispuso hoy extender un año más el embargo comercial y financiero impuesto a Cuba hace casi 50 años, en una decisión casi rutinaria de los mandatarios pero que en este caso se contrapone con algunos pasos de apertura para con la isla.
Obama envió una orden al Departamento de Estado, en la que reveló que decidió "la continuación por un año" del bloqueo, medida que "está en el interés nacional de Estados Unidos", y que se dispuso justo el día en que vencía la prolongación decretada hace un año por su predecesor, George W. Bush.
La extensión anual del embargo cubano es una decisión rutinaria de los presidentes estadounidenses desde mediados de los `70, en el marco de la aplicación del Acta de Comercio con el Enemigo de 1917, reportó la agencia DPA.
La renovación del bloqueo ocurre a días de otra Asamblea General de la ONU, que en los últimos años, por iniciativa de La Habana, condenó mayoritariamente la medida, que, según Cuba, le generó ya pérdidas por cerca de 90 mil millones de dólares en las pasadas décadas.
La organización humanitaria Amnistía Internacional había pedido a principios de semana a Obama que no renovara las sanciones contra la isla previstas en el Acta de Comercio con el Enemigo como un "primer paso" de Washington hacia el desmantelamiento del embargo.
"Esta es la oportunidad perfecta para que el presidente Obama se distancie de las fracasadas políticas del pasado y envíe un mensaje fuerte al Congreso sobre la necesidad de poner fin al embargo", señaló la secretaria general de AI, Irene Khan.
Pese a que el gobierno de Obama dio pasos importantes en su búsqueda cauta de un diálogo con La Habana, por el momento no dio señales de tener intención de acabar con el bloque de manera más o menos inmediata.
En rigor, la denominación misma de "embargo" -usada por EEUU y sus aliados- o "bloqueo" -que elige Cuba y los países críticos de la medida- ya es polémica.
Bajo el gobierno de Obama, Estados Unidos eliminó en los pasados meses la prohibición para cubano-americanos de viajar de forma ilimitada a Cuba y de enviar remesas, una medida que amplió a familiares no sólo inmediatos de residentes en la isla.
Además, la Casa Blanca eliminó sanciones para promover un mayor flujo de telecomunicaciones con la isla y meses atrás retomó las conversaciones sobre migración, a las que se prevé en breve sigan negociaciones para restaurar el servicio postal directo entre ambos países interrumpido hace más de cuatro décadas.
Washington también apoyó la decisión de la Organización de Estados Americanos (OEA) en junio de permitir el regreso de Cuba al organismo, tras una exclusión de más de cuatro décadas, aunque las autoridades de La Habana dejaron claro que no tienen interés en regresar al sistema interamericano.
El bloqueo, el más prolongado que haya conocido la humanidad, es señalado por las autoridades de la isla como un acto de genocidio, tiene un curioso carácter extraterritorial y generó un dato asombroso: 7 de cada 10 cubanos nacieron y vivieron "bloqueados".
La medida fue formalmente impuesta en febrero de 1962, y dispuso el embargo total del comercio entre EEUU y Cuba, aunque la potencia de América del Norte ya venía imponiendo desde 1959 sanciones económicas a la joven Revolución.
Después, aquella primera proclama de 1962 se fue reforzando y complementando con otras normas: la llamada Ley Torricelli, de 1992; la Ley Helms-Burton, de 1996; las restricciones a visitas familiares decididas por George Bush -ahora flexibilizadas por Obama-; y la Ley de Asignaciones Presupuestarias de 1999, que puso en jaque los derechos de propiedad intelectual y de marcas.
Aunque el derecho internacional -y hasta la propia legislación estadounidense- definen al "embargo" como una orden emitida por un gobierno en tiempos de guerra para colocar los buques extranjeros y sus cargamentos, y excepcionalmente otras propiedades, bajo el control del Estado, EEUU insiste en usar esa denominación para el bloqueo.
Télam.-