La historia se repite una vez más. Otro micrófono abierto provoca una nueva dimisión entre los conservadores estadounidenses. Esta vez le tocó al legislador de California, Michael Duvall, de 54 años.
El político, casado y con dos hijos, comentaba sin tapujos sus aventuras sexuales con una de sus dos amantes con su compañero de escaño.
El pasado 8 de julio en plena sesión parlamentaria y sin percatarse de que su micrófono estaba abierto, Duvall comenta: «Tenía un parche como ropa interior. El otro día, el jueves, vino con él y habíamos hecho el amor sin parar el miércoles».
El legislador no se cortó con los detalles de sus noches eróticas: «Me está gustando darle azotes en el trasero. Sí, me gusta darle. Ella me dice: 'sé que te gusta azotarme'. Yo le digo: 'sí, porque eres una chica muy mala'».
Ante semejante evidencia, a Duvall no le quedó más que avergonzarse y dimitir. A través de su página web comunicó su renuncia al Congreso que ya le está buscando sustituto, mientras se investiga una relación que Duvall mantuvo con la empleada de una las empleadas de una empresa con la que negociaba una concesión pública del Estado.