El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) que se presentó en Ginebra en el marco de la conferencia mundial del clima alertó que "El actual deshielo del Ártico amenaza la vida de cerca del 25% de la población mundial".
La consecuencia de la cultura humana repercute en los océanos desde varios frentes y todos ellos, en algún punto, se unen para manifestarse con cambios extremos.
Estas inmensas masas de agua son las que regulan la temperatura del planeta y estamos aprendiendo a leer como procesan el dióxido de carbono y como afectan su acidez y su salinidad.
Absorbiendo CO2
La acidez de los océanos aumenta 10 veces más rápido de lo que predicen los modelos climáticos, según un estudio de la Universidad de Chicago en Estados Unidos. Los océanos absorben aproximadamente una tercera parte del dióxido de carbono liberado a la atmósfera por las actividades humanas. Cuando el CO2 se disuelve en el agua forma ácido carbónico que altera el delicado equilibrio químico del océano. Las concentraciones de agua altamente acídicas afectan a una variedad de procesos biológicos, como la disolución del carbonato de calcio con el que se forman las conchas de algunos animales marinos, lo que supone una amenaza para muchos de ellos. Según los autores, los nuevos modelos predicen cambios importantes en las especies dominantes de los hábitats como consecuencia de una menor calcificación y de cambios en la red de interacciones de las especies.
Salinidad
A partir de ahora el agua de mar ya no será lo que era. Un equipo de científicos ha elaborado una nueva definición de agua de mar que mejorará las proyecciones para los océanos y el clima.
Trevor McDougall de la Organización de Investigación Industrial y Científica de la Commonwealth dijo que la nueva definición permite por primera vez calcular con precisión el calor del océano y evaluar las pequeñas diferencias de salinidad. Métodos anteriores asumían que la composición del agua marina era la misma en todo el mundo. Los océanos ayudan a regular el clima del planeta al llevar el calor desde el ecuador a los polos. El entender cuánto calor puede absorber exactamente el océano y registrar las leves diferencias de salinidad es crucial para descifrar cómo los mares afectan al clima y cómo podría cambiar esa interacción debido al cambio climático.
McDougall dijo que la salinidad afecta la densidad del agua y los cambios en la densidad ayudan a impulsar los enormes patrones de circulación vertical del océano. "El agua se hunde hasta el fondo y sube hasta la superficie en una circulación muy lenta que corresponde a cerca de la mitad del calor que el mundo necesita llevar desde el ecuador a los polos", dijo.
La circulación constante del calor por los océanos y la atmósfera mantiene al planeta como un lugar habitable.
Fuentes: Reuters, BBC, Nature y Tendencias 21