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De cómo el teatro se funde en arte y terapia | ||
Pacientes de Salud Mental y artistas se unen en el escenario. Llevarán una obra neuquina a un festival nacional en Mar del Plata. | ||
NEUQUÉN (AN).- Pocho espera con su pelota en la mano, su gorra del Chavo hundida y una sonrisa de niño. Rosa y Fernando están más allá. Serios, con la ilusión de que algo va a pasar. Pero no pasa nada. Sólo la espera en la sala de atención psiquiátrica de un hospital que uno imagina enorme. Y llega el psiquiatra, el único que queda. No está muy bien ese hombre. Calma chicha, hasta que aparece Mariluz, enfermera impecable y odiosa que reclama silencio. El escenario se llena con Sergio D´Amico, don Francisco, que habla y se contesta, que pelea con él, que de golpe es dos personas y acaso muchos otros maltratados sin voz posible. Le dicen que no habrá atención, que recién dentro de 45 días, que no está el médico, que no se puede, que se vaya él y que sale de él. Y viene ella, una dama con flores bellas en la cabeza, enamorada en el bosque pero que sabe y sufre porque no puede casarse y tener hijos, por el tratamiento, porque está medicada. Hay un "basta" contundente, auténtico, emocionante, que pone en el centro de la escena a Rosa y Fernando, y además está Gino que es un mago que no puede hacer magia y otros chicos que, como Víctor, que es rockero, se suman al taller de teatro de Artepidol sólo para acompañar, porque son eso: un grupo. Todos ellos, se preparan para llevar "Una obra artepidolesca" al Décimo festival "Una puerta a la libertad" que entre el 13 y el 17 de octubre se desarrollará en la ciudad de Mar del Plata. Artepidol surgió desde la Escuela de Psicología Social que anduvo puertas adentro del servicio de Salud Mental del hospital Castro Rendón con su propuesta artística que sumó a pacientes, internos y ambulatorios. Vino un cambio de políticas de Salud y tuvieron que volar del hospital y sólo quedaron los ambulatorios. Pero los chicos y las chicas ´artepidolescos´ resistieron, resisten y crecen. El jueves abrieron las puertas de un ensayo a este diario. Lo hicieron en Sherlock, un boliche como hay pocos en Neuquén, donde compartieron una torta que hizo la psicóloga social María Elena y donde todos tomamos mates de múltiples cebadores. Y aprendimos que todos tenemos problemas en la azotea y que en cualquier momento un quiebre nos deja de un lado o del otro. Por todo eso, da gusto ver que para ellos el mundo es un solo y que la integración es posible. "No me costó, creo que fue porque es mi historia, es lo que me pasó a mí. Actué cuando era chica, en la escuela, y después estuve en una escuela de arte pero era todo competencia y yo no nací para eso, sino para esto", dice Rosa, la artista de la primera fila. Gustavo "Rulo" Lupano, Romina Machado, Laura Corihuala y Diego Catalán dirigen la obra que, claro, fue elaborada por los pacientes ambulatorios de Salud Mental. "Una obra artepidolesca" será parte del festival donde se reclama contra los manicomios y que es organizada por profesionales e internos del hospital Borda. "Te distraes, tenés un escape", explica Víctor, conductor del programa "Momento de Rock Internacional" que se emite por la radio FM Vida, del Servicio de Salud Mental. Pero no todo es ensayo. Los artistas-pacientes y los pacientes artistas, los psicólogos sociales o la estudiante solidaria (dueña de las llaves de Sherlock) trabajan y se las ingenian para juntar monedas que permitan solventar el viaje a Mardel (la estadía ya la tienen) y mantienen y promocionan los Domingos de Terciopelo. El ensayo termina con música y abrazos y afecto que se traslada a las mesas del boliche. Y brindis con coca y despedidas, más ilusiones de nuevos encuentros.
RODOLFO CHAVEZ | ||
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