NEUQUÉN (AN).- Desde un Cesna 182, Patricio Mellado y Daniel Petrecca se lanzaron sobre más de 30.000 personas para caer justo frente a la mancha más grande, la del palco, donde estuvieron las autoridades municipales. Todo con precisión y justeza, a pesar de las dudas de algunos funcionarios.
Así, con el salto de los paracaidistas, se inició ayer el festejo vespertino y el desfile por los 105 años de esta ciudad. Una fiesta grande que ocupó al menos una decena de cuadras de la calle Mitre junto al Parque Central de la ciudad y buena parte del espacio verde más extenso de esta capital.
"Podemos decir que nos ha salido bien, que es un gran festejo. El año pasado dijimos que la ciudad iba a estar más linda y lo está. Ahora nos proponemos que el año que viene esté mejor", afirmó el intendente Martín Farizano ayer en plena celebración.
Farizano presidió los actos pues faltó con aviso el gobernador de la provincia Jorge Sapag, quien sí estuvo por la mañana cuando habló con la prensa durante los actos de rigor: colocación de ofrendas florales y demás (ver aparte). La vicegobernadora Ana Pechen fue la principal autoridad provincial en el palco.
Hoy será el cierre con la elección de la reina y fuegos artificiales.
El intendente dijo que el gran desafío es integrar, lograr obras para que la ciudad sea una sola y que no parezca dos lugares distintos como ocurre en la actualidad (ver aparte).
Luego de la exhibición de los paracaidistas desfilaron la reina y las princesas que hoy dejarán de serlo sobre las joyitas del Club de Autos Antiguos, Clásicos y Especiales de la Patagonia. Desfilaron los socios de la entidad con las bellas muchachas que quieren ell trono y otros disfrutaron de la calidez de la reina de la tercera edad.
El desfile sumó a las instituciones más representativas de la ciudad, clubes deportivos, escuelas de danza e instituciones solidarias, centros tradicionalistas, carrozas, escuelas, jubilados que cuidan plazas e iglesias que, entre otras cosas, se expresaron contra la despenalización de las drogas. Acaso, las iglesias evangélicas -cada vez con más peso político en la ciudad- fueron las que más llamaron la atención con sus proclamas y sus reclamos que fueron más allá de lo social. También hubo pedido de justicia de familiares de víctimas del Alto Valle.
Los alrededor 27 grados de temperatura, el viento casi nulo y la primavera estallando de verde aportaron para el gran festejo de la ciudad que, vale decirlo, ha ganado y mucho con la expansión del Parque Central. Es que además de la gente que estuvo en el desfile cientos de personas se mantuvieron sobre los parques o junto a las fuentes que, además, fueron plateas privilegiadas del acto, como por ejemplo el monumento a los caídos en las Islas Malvinas.
Dos voces, la de un hombre y una mujer, explicaron y anticiparon cada uno de los movimientos de los protagonistas del desfile. Tal vez fascinada por el vuelo del Cesna y el arrojo de los paracaidistas, la locutora quiso describir al famoso BMW Isetta que llevaba a una de las candidatas. Al auto le dicen "el ratón alemán" pero ella le dijo "el helicóptero alemán",
Sobre el césped se extendieron las mateadas, los partidos de fútbol o los abrazos con pasión primaveral de parejas de adolescentes que, dio la sensación, no estaban muy al tanto de la celebración. Caída la tarde y terminado el desfile, muy lentamente el público dejó el Parque Central.