Recién esta semana se completarían los cambios en el gabinete, un proceso que sorprende por lo extenso y por la ausencia de una explicación oficial sobre el significado político que tienen los enroques y la nueva distribución de poder dentro del equipo de gobierno de Jorge Sapag.
El nuevo esquema está casi completo, pero existe una traba con la designación del funcionario que se hará cargo de Educación. Tampoco se resolvieron los puestos de menor rango en el Ministerio de Desarrollo Social.
El gobernador mantendrá esta semana una reunión con la vicegobernadora Ana Pechen, que estuvo de viaje en el exterior, para acordar el perfil y el nombre del futuro secretario o secretaria del área educativa, informaron fuentes oficiales.
La relación política entre Sapag y Pechen presenta cierto deterioro. El motivo es el mismo que suele distanciar a gobernadores y vicegobernadores: la falta de coordinación, las decisiones inconsultas y las diferentes formas de hacer política.
En otro contexto y por motivos diferentes, Sapag había expresado en una entrevista con este diario publicada a fin de enero del 2003 la siguiente frase: "No estoy siendo considerado como vicegobernador". Al momento de pronunciar esa declaración Jorge Sobisch gobernaba la provincia y se encontraba en medio del escándalo judicial de la cámara oculta.
En su primer gobierno, Sobisch sacó de la Legislatura a Felipe "Pipe" Sapag y lo envió a trabajar al Senado de la Nación.
Sobisch no quería compartir más el poder con el hermano del actual gobernador y acordó una salida sin escándalo. Un hombre de confianza plena del ex gobernador, Federico Brollo, se puso al frente del Poder Legislativo.
En el caso actual no existe un escenario de ruptura, pero el ruido ya se escucha fuera de los despachos oficiales.
"Pechen está en una etapa donde empieza a mostrar señales de incomodidad porque no la consultan en temas que considera centrales o le avisan que tiene que hacer tal o cual actividad casi sin ninguna anticipación", dijo una fuente de la gobernación.
Al día siguiente del amargo triunfo que obtuvo el Movimiento Popular Neuquino (MPN) en las elecciones municipales Pechen puso la cara en un acto oficial. Luego se fue de viaje, dicen que enojada. Ahora la espera el gobernador para ajustar los cambios en Educación.
El ministro de Gobierno, Trabajo, Justicia y Derechos Humanos, Jorge Tobares, "no quiere saber más nada" con Patricia Ruiz, la actual responsable del área. Su favorita es una mujer de Zapala, precisó la fuente oficial.
Esta semana se sumó el nombre de un sobischista para ese puesto, el de Ernesto Seguel.
En el reordenamiento dispuesto por el gobernador, los familiares de Sapag, Ricardo Esteves y Rodolfo Laffitte -ambos son primos- retuvieron y sumaron áreas que manejan recursos a través de la obra pública, la construcción de viviendas y la publicidad oficial. Tienen mayor cuota de poder.
A los más íntimos que no son familiares Sapag los dejó en sus puestos, como Guillermo Coco, que se encarga de la relación y los acuerdos con las empresas petroleras. En otros casos, como Zulma Reina, les asignó puestos de mayor relevancia. La funcionaria será la responsable de mantener la relación política con los intendentes, una tarea que ya no hará el ministro de Desarrollo Territorial, Leandro Bertoya, el funcionario de referencia sobischista dentro del gabinete.
"Hasta que no terminen todos los cambios seguirán los ruidos", admitió una fuente allegada a un ministro que, no obstante, reconoció que al diagrama presentado le falta una explicación oficial. "Se tiene que decir para qué y con qué objetivo se movieron funcionarios de lugar", agregó.
El gobernador no ha hecho casi ninguna declaración pública desde las elecciones municipales. Hasta para hombres del oficialismo ésa no es una buena señal: argumentan que el silencio y las indefiniciones siguen alimentando rumores y disputas internas.
El mensaje de una crisis difícil de sobrellevar colisionó esta semana con la exposición de la ministra de Hacienda Esther Ruiz cuando visitó a los diputados que integran la comisión que entiende en asuntos financieros y económicos. La funcionaria dijo que hay equilibrio presupuestario y que no hace falta revisar el proyecto original.
El debate fue áspero cuando intervinieron algunos diputados de la oposición. Pero lo llamativo no fueron las críticas sino la distancia que se observó en los legisladores del MPN que no defendieron a Ruiz cuando fue acorralada.
El episodio revela que los problemas del oficialismo también están instalados en la Legislatura, donde el bloque dejó de ser homogéneo, si es que alguna vez lo fue.
La figura de José Russo, el jefe del bloque del MPN, está cuestionada. El intrabloque de los diputados que responden al sindicato de los petroleros privados sigue sumando y en ese grupo ya no son tres los integrantes sino cuatro.
Existen otros legisladores oficialistas que, con diferentes comportamientos, también ponen en duda el liderazgo de Russo. Tal como sucede en el gabinete con Bertoya, entre aquellos también hay referentes del sobischismo. El más notable es Rolando Figueroa.
"Russo hoy debe contar con no más de seis diputados en el círculo íntimo", confió una fuente legislativa. "Además comienza a tener problemas de distanciamiento con diputados aliados que vienen del menemismo", agregó. En ese grupo está Horacio Rachid, que por alguna razón se puso crítico con el MPN de Sapag.
El escenario legislativo más fragmentado obligará al gobierno a debatir y negociar más los proyectos. Puede que a Sapag le resulte más sencilla esta tarea que a Sobisch, un dirigente que demostró desprecio por el parlamento.
GERARDO BILARDO
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