Al noroeste de la provincia de Salta, en pleno desierto de la Puna, se encuentran las formas de vida más antiguas del Planeta; unos organismos –los estromatolitos- que cuentan con unos 3.500 millones de años de antiguedad.
Estos fósiles vivientes fueron hallados en la laguna de Socompa y en los seis ojos de Tolar Grande, ubicados entre los 3.600 y los 4.000 metros sobre el nivel del mar, por un equipo encabezado por la bióloga, María Eugenia Farías, directora del Laboratorio de Investigaciones Microbiológicas de Lagunas Andinas.
"El estudio de estos fósiles vivientes permite recrear los procesos que intervinieron en la creación de la vida en la tierra. Y pensar en la existencia de organismos similares en otros planetas. El desierto de Atacama y la puna salteña son dos ambientes extremos, parecidos a los del planeta Marte", contó la bióloga al diario español El Mundo.
La bióloga descubrió que estos organismos, que aún perduran fosilizados, permanecen en forma de organismo vivos.
Ellos constituyen agrupaciones de microbios fotosintéticos, asociados a distintos tipos de bacterias y a concreciones calcáreas que forman verdaderas rocas orgánicas.
Se les puede describir como una arcaica y diminuta planta de energía, con mecanismos diferenciados: las algas producen la fotosíntesis y absorben el dióxido de carbono.Las bacterias reciclan los nutrientes minerales y el proceso se completa con la liberación de oxígeno.
"De hecho –indicó la científica- fueron estos microorganismos extremófilos u otros similares los que crearon nuestra atmósfera, rica en ozono, e hicieron posible la aparición de formas más complejas de vida". Télam |