Willy Ronis, el último de los grandes fotógrafos franceses notorio por sus crónicas gráficas de los rincones extravagantes de París, falleció a los 99 años.
El presidente de la agencia fotográfica francesa Eyadea, Stephane Ledoux, dijo que Ronis murió el sábado por la mañana en un hospital de París donde estuvo sometido a diálisis durante algún tiempo.
Pese a su salud precaria, que lo tenía postrado en una silla de ruedas, Ronis viajó en julio al festival de Arles para recibir un homenaje especial.
Amantes, desnudos y escenas callejeras de París fueron los temas predominantes en las fotografías de una carrera galardonada en Francia y el exterior que comenzó en los años treinta.
"Hemos perdido al último de los grandes hombres'', dijo Ledoux, titular de Eyedea, que absorbió la Agencia Rapho que durante décadas distribuyó las fotos de Ronis.
Junto con su amigo Robert Doisneau y el fotoperiodista Henri Cartier-Bresson, Ronis estaba entre los grandes fotógrafos franceses de posguerra. Los tres, además de otros dos fotógrafos, fueron homenajeados ya en 1953 en el Museo de Arte Moderno en Nueva York.
Su genio quedó plasmado en tomas espontáneas de las calles de barrios trabajadores de París, desde los bistrós hasta los jardines, los amantes furtivos y las huelgas, aunque captados siempre con un ojo benévolo.
"Nunca tomé una foto hiriente'', afirmó Ronis en una entrevista con la Associated Press en el 2005. "Nunca quise que la gente se viera ridícula. Siempre tuve mucho respeto por la gente que fotografíe''.
Entre sus numerosos premios figuran el premio Kodak de 1947, la medalla de oro de la Bienal de Venecia de 1957 y el premio Lucie a la trayectoria en 2007.
AP