Los jefes municipales de Cochabamba, en el corazón de Bolivia, y Viedma, en el portal de la Patagonia, concretarán el próximo martes el hermanamiento de las dos ciudades, separadas por 2.600 kilómetros y ambientes geográficos muy distintos.
El documento que firmarán el alcalde boliviano Gonzalo Terceros Rojas y el intendente argentino Jorge Ferreira tiene fundamento histórico, pero además se destaca la reciente radicación de miles de inmigrantes del altiplano en esta región patagónica. Un dato histórico relevante apunta que Francisco de Viedma y Narváez, fundador de la histórica capital patagónica en 1779, fue después gobernador de Cochabamba, desde 1783 y hasta 1809, y murió en tierra boliviana.
Las gestiones del hermanamiento se iniciaron hace un año, tras la creación del consulado de Bolivia para la Patagonia, con sede en Viedma.
El acta de hermanamiento sostiene que "nuestras ciudades, unidas por un pasado y una historia compartida anclada en la figura de don Francisco de Viedma y Narváez, tienen la convicción de un futuro necesariamente vinculado, sustentado en proyectos conjuntos".
Sobre la labor del enviado de la corona española en el período colonial boliviano menciona que "aportó significativamente al ordenamiento de Cochabamba antes de la República". "Pero sobre todo a la salud de la población cochabambina, al ceder sus terrenos propios para la construcción del hospital de la ciudad y por ello el principal complejo hospitalario público y más moderno de Cochabamba lleva su nombre" añade el texto.
El intendente Ferreira dijo a Télam que "este acercamiento institucional adquiere importancia por la fuerte presencia de bolivianos que han elegido las tierras del valle inferior del río Negro para la producción hortícola y la comercialización de frutas y verduras".
"Vamos a Cochabamba pensando en el posible intercambio cultural, pero también tenemos en cuenta la promoción de nuestros atractivos turísticos en el seno de una ciudad económicamente importante" agregó el jefe comunal de Viedma. Desde una perspectiva similar el alcalde Terceros Rojas dijo a Télam que "la voluntad de cooperación y trabajo en común para plasmar políticas concretas resulta también de la importancia del grupo de bolivianos emigrantes, una de las mayores comunidades extranjeras en Viedma".
"Cochabamba, futura sede del Parlamento Suramericano, tiene el mayor interés en consolidar una red de relaciones de confianza y cooperación con ciudades del continente para fortalecer nuestra posición y los vínculos con la Unasur" sostuvo. El historiador y literato Gustavo Rodríguez Ostria, responsable del área de Cultura de la alcaidía de Cochabamba, destacó a Télam la decisión.
"Será muy bueno que los viedmenses inunden con su cultura y su arte nuestra ciudad; y que los cochabambinos crucen el continente para ser recibidos como hermanos al borde del río Negro" expresó. Dijo que "miles de nuestros compatriotas viven en la Patagonia, y sabemos que allí flamea también la wipala (bandera de los pueblos indígenas) y se oyen, en la fiesta del Inti Raimi, los acordes de la quena y el charango".
Es un hecho singular que dos ciudades americanas, una del altiplano y la otra de la Patagonia, se unan con la intención de honrar a la memoria de aquel agrónomo andaluz que a fines del siglo 18 llegó a estas latitudes con precisas órdenes de la corona española. En las orillas del río Negro fundó una población para contener apetencias imperiales británicas; trajo colonos españoles y los guió en los primeros cultivos de trigo en el sur argentino, en el marco de relaciones armoniosas con las tribus tehuelches.
Después, al pie de la serranía del Tunari, fue eficaz administrador, planificó la economía regional y procuró inculcar en los indios yucarare prácticas agrícolas vinculadas al café, el algodón y la coca. En la ciudad que lleva su nombre, desde 1979 una estatua muestra su imagen, sobre la ribera del caudaloso "Currú Leuvú" (río Negro en mapuche). En Cochabamba sus restos son venerados en la capilla del hospital bautizado en su homenaje, en las tierras donde tuvo su residencia hace más de dos siglos.
Por Carlos Espinosa (Télam)