Viernes 11 de Septiembre de 2009 > Sociedad
Mucho más que dar clase
* Un día como el de hoy es ideal para detenernos y explicitarles a nuestros maestros que no piensen que están solos. Que si bien hoy cualquier se da el lujo de pisotearlos, vapulearlos hasta la denigración, con patrones más que indeseables (me refiero a Estados provinciales maltratadores en todos los sentidos), la dignidad sigue siendo una cuestión central en la educación argentina. * Por ello elegimos unos apuntes que reafirman esta vocación que miles de argentinos siguen eligiendo, a pesar de todo.
Son muchos los jóvenes que hoy eligen ser docentes porque esto representa para ellos una oportunidad de construir otro futuro. La formación docente es un ámbito que convoca inquietudes, aspiraciones y compromisos de los jóvenes en su vínculo con la sociedad y la cultura a la que pertenecen. Al tiempo que se sienten actuales protagonistas de esa sociedad y esa cultura, ven en la profesión docente una oportunidad para asumirse como partícipes de la reconstrucción de los lazos sociales, de la producción de condiciones de acceso al conocimiento, y de la revalorización y el enriquecimiento de la cultura de sus comunidades de origen.


Así lo testimonian decenas de jóvenes:

* "Crear el interés por el saber se vuelve cada vez más complicado. pero no imposible. Es por eso que ser docente hoy resulta interesante, ya que se tiene la posibilidad de saborear el gusto de crear un presente más fructífero y un futuro más rico y placentero, de construir un mundo mejor, más justo, donde respirar y vivir sea agradable". (Débora Vexelman, 18 años, provincia del Chaco, Profesorado de Psicología).

* "Me gustaría ser docente porque si bien en mi provincia hay bastantes profesionales, creo que para la educación argentina jamás habrá suficientes docentes para esto tan difícil que es enseñar. Realmente me gusta 'luchar' por conocer, algo que en muchos jóvenes está como guardado".(Romina Luján Lobo, 17 años, provincia de Tucumán, Profesorado de Geografía).

* "Vivo en un pequeño pueblo donde la gente en su gran mayoría son chacareros, trabajadores de la viña y otras tareas que involucran la tierra. No existen grandes comercios ni tampoco tanta cantidad de personas, pero somos bastantes los que tenemos la voluntad de salir adelante. Hay muchos niños y jóvenes que no tienen recursos para asistir a la escuela, otros que por ayudar a sus padres en los trabajos no acceden a la posibilidad de una educación escolar. Hay quienes abandonan el colegio por múltiples motivos y otros que ya no estudian porque son mayores. (.) Yo, desde mi lugar, conozco los problemas que la gente tiene. Por eso tomé la decisión de ser docente. Tengo ganas de aprender, tengo ganas de enseñar, tengo ganas de experimentar la vivencia de ser un educador. (.) Un buen profesor se carga de energía, enseña y aprende, conoce y tolera". (Sabrina Rinaldi, 17 años, provincia de Mendoza, Profesorado de Lengua y Literatura).

 

Elegir la docencia supone, también, comprender las profundas transformaciones sociales y culturales que hoy imprimen nuevas demandas y nuevos sentidos a la escuela, al quehacer docente y a la experiencia escolar toda; algo que en quienes asumen esta carrera se traduce muchas veces en aspiraciones. "Siempre pensé que al último lugar donde volvería sería la escuela, y puedo comprobar que era un error", dice con sus 17 años Mariana Alejandra Dalto, estudiante de la provincia de Buenos Aires, que cursa el Profesorado de Ciencias Sociales. Y agrega: "Aunque a mí misma me resulte cómico, no hallé otra salida, nada me gustó más que aprender para enseñar. (.) Hasta hoy, es decir, hasta este año no me animé a descubrir eso que tanto me acercaba a la docencia, esa necesidad de cambiar un "poquito" las cosas desde el pequeño lugar donde me toca jugar mi partida. Este año, con todas las cosas que pasaron y la mala situación del país, me impactaron las imágenes de los chicos que no podían asistir a la escuela, o que recurrían a ella para alimentarse; también los chicos con muy pocos recursos aunque con una visión de futuro". Inmersos en una difícil realidad, quienes inician la carrera docente proyectan su vocación desde el deseo de una transformación: "Hoy, más que nunca, ser docente es enfrentarse a una realidad del país bastante adversa, lo cual constituye un desafío (...). Quiero formar parte de ese proyecto utilizando como herramienta el conocimiento. (.) Cada docente, mediante el conocimiento, engendra pensadores no conformistas que aspiran a conocer la esencia de las cosas, a buscar respuestas que se aplican a la búsqueda de algo más", sostiene Adrián Franco, de 22 años, estudiante del Profesorado de Biología en la provincia de Santa Fe.

Si se observa a la escuela como un escenario de prácticas que la mantuvieron vigente allí donde la crisis dejó huellas dolorosas, se la podrá ver también como oportunidad de futuro deseable para quienes deciden encarar una profesión. "Toda carrera exige responsabilidad, compromiso y dedicación al estudio -afirma Ainelén Delgado, de 18 años, estudiante del profesorado de Biología en la provincia de Santa Fe-; la docencia es una de las que, sin duda, necesita esos pilares fundamentales para poder aprender a enseñar y enseñar para aprender. Es por ello que me incliné por la carrera docente, porque estoy segura de que con una buena educación podemos construir un futuro mejor y una sociedad más equitativa. En el transcurso de mi secundaria realicé actividades como por ejemplo: ayudar a niños en clases de apoyo, participar en investigaciones (.).Toda esta experiencia me ha hecho ver que somos nosotros, los jóvenes, quienes tenemos que construir nuestro futuro para vivir en una mejor sociedad".

Al asumir como proyecto la enseñanza, estos jóvenes anudan las propias experiencias escolares a su interés por el conocimiento, y a los ideales en torno a su transmisión: "Las artes forman parte fundamental de la cultura y suele no brindárseles la importancia suficiente. La cultura caracteriza a una sociedad como tal, la distingue de las demás. (.) Es necesario que se le dé importancia desde la educación básica para la formación de la persona. El arte permite expresar situaciones y deseos, frustración, temor, injusticia, ya sea desde lo personal o desde lo comunitario. Por eso, porque es una carrera de constante perfeccionamiento, yo elijo la docencia. Espero una adecuada capacitación durante estos cuatro años, así como también un campo de acción que me permita lograr mis expectativas". (Marilina Amaya, 17 años, estudiante del Profesorado de Artes, provincia de San Luis).

"Yo quiero que los chicos amen ir a las clases de Educación Física, se diviertan y puedan entender que la salud es muy importante y que deben cuidarla. Me gustaría trabajar al aire libre con gente joven y también con ancianos, pues me parece que muchas veces no encuentran su lugar dentro de la actividad física. (.) Tengo una gran preocupación por los adolescentes y espero ser un puente o ayuda para ellos". (María Carla Abraham, 17 años, estudiante del Profesorado de Educación Física, provincia de Río Negro).

Las voces de estos estudiantes suponen un desafío para las instituciones que los albergan y para las políticas de formación. Asumir un compromiso con ellos significa fortalecer dimensiones fundamentales de su formación como futuros docentes, ofreciéndoles una variedad de experiencias que les permitan construir una mirada compleja acerca de la realidad escolar y los problemas del mundo contemporáneo, y los alienten a asumir una posición activa en las tramas políticas, sociales y culturales de nuestra época.

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